La salud mental de la población infantojuvenil ha emergido como una creciente preocupación en nuestros días. La ansiedad, la depresión, los trastornos de conducta y los problemas de adaptación se han vuelto cada vez más frecuentes entre los niños y adolescentes. Frente a esta realidad, el papel de la Enfermería se vuelve fundamental al detectar tempranamente, brindar apoyo y ofrecer tratamiento para estos problemas. En el Colegio de Enfermería de Málaga, nos esforzamos por visibilizar esta labor crucial.

En la atención integral de la salud mental de los niños y adolescentes, la profesión enfermera juega un rol clave. Los profesionales de Enfermería cuentan con los conocimientos y habilidades necesarios para identificar y abordar las dificultades emocionales y psicológicas que afectan a esta población vulnerable.

Una de estas destacadas profesionales es Manuela Blanca Fuentes Gómez, enfermera especialista en Salud Mental. Con una experiencia de 2 años en la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil del Hospital Regional Universitario de Málaga, actualmente desempeña su labor en la unidad de Trastorno de Conducta Alimentaria del mismo hospital. Hoy, nos brinda una visión privilegiada sobre cómo la profesión de los cuidados puede enfrentar el malestar psicoemocional en esta población vulnerable.

Manuela nos comparte su vocación hacia la Enfermería, destacando la necesidad innata que siente de acompañar y cuidar a otros. Su elección de especializarse en salud mental se debe a la comprensión de que esta rama de la enfermería permite un enfoque más centrado en el cuidado humano, empleando la palabra, la presencia y el acompañamiento para generar un cambio y aliviar el malestar de quienes lo necesitan. Como bien cita Virginia Herdenson, «Si puedes curar, cura. Si no puedes curar, alivia. Si no puedes aliviar, consuela. Y si no puedes consolar, acompaña».

P: ¿Cuáles son los problemas psicoemocionales más comunes que afectan a la población infantojuvenil en la actualidad?

R: La población infantojuvenil se enfrenta a diversos problemas psicoemocionales que requieren atención y comprensión. Algunos de los más comunes son:

  • Ansiedad: Tanto en niños como adolescentes, la ansiedad puede manifestarse con dificultades para controlar pensamientos y emociones, afectando su bienestar emocional y el desarrollo diario.
  • Depresión: La tristeza persistente y la pérdida de interés en actividades antes disfrutadas son señales de depresión. Esto puede influir en el sueño, el apetito y la concentración, afectando áreas académicas y sociales.
  • Trastornos de conducta: Problemas en el manejo y control de impulsos, baja tolerancia al estrés y la frustración, pueden ser indicadores de trastornos de conducta en esta población.
  • Trastorno del espectro autista: Estos trastornos neurológicos afectan la comunicación, la interacción social y la conducta en los niños y adolescentes.
  • Trastornos de la alimentación: La anorexia y la bulimia pueden crear una relación disfuncional con la comida y la imagen corporal, teniendo consecuencias negativas en la salud física y emocional de los jóvenes.

Es importante destacar que cada individuo es único y puede presentar una combinación particular de problemas psicoemocionales. Por ello, el trabajo en conjunto con la familia y/o cuidadores es fundamental para abordar estas situaciones. El apoyo de profesionales de la salud mental desempeña un papel vital en el diagnóstico y tratamiento adecuado de estos problemas, contribuyendo al bienestar y desarrollo de los niños y adolescentes.

P: ¿Cuáles son los factores que contribuyen a la aparición de estos problemas en los niños y adolescentes?

R: La aparición de problemas psicoemocionales en niños y adolescentes es el resultado de una interacción compleja entre diversos factores. Entre ellos, se destacan:

  • Factores genéticos: Aunque no son determinantes, ciertas predisposiciones genéticas pueden aumentar la vulnerabilidad a desarrollar problemas psicoemocionales.
  • Factores biológicos: Alteraciones en el sistema nervioso central pueden influir en el desarrollo de estos problemas en la población infantojuvenil.
  • Factores ambientales y familiares: El entorno inmediato en el que crece el niño, incluyendo el ambiente familiar y social, puede tener un impacto significativo en su salud mental.
  • Factores culturales: Normas y expectativas culturales, así como la presión social y los estereotipos de género, pueden influir en la forma en que los niños y adolescentes perciben y afrontan sus emociones.
  • Experiencias traumáticas: Vivencias de eventos traumáticos pueden desencadenar o contribuir a problemas psicoemocionales en esta población vulnerable.
  • Entorno escolar: El acoso escolar y las dificultades en el aprendizaje pueden tener un impacto negativo en el bienestar psicoemocional de los niños y adolescentes.

Es esencial comprender la interacción de estos factores para abordar adecuadamente los problemas psicoemocionales en la infancia y adolescencia. El trabajo conjunto entre profesionales de la salud, familias y la comunidad es fundamental para brindar el apoyo necesario y promover un entorno seguro y saludable para los jóvenes.

P: ¿Cómo se realiza la detección temprana de estos problemas en los niños y adolescentes?

R: La detección temprana de problemas psicoemocionales en la población infantojuvenil es de suma importancia para brindar intervenciones oportunas y efectivas. A continuación, se presentan algunas estrategias y herramientas utilizadas para identificar estos problemas:

  • Observación y evaluación del entorno: Padres, cuidadores, profesores y profesionales de la salud pueden estar atentos a cambios en el comportamiento, estado de ánimo y rendimiento académico de los niños y adolescentes.
  • Entrevista clínica: Los profesionales de la salud llevan a cabo entrevistas con los jóvenes y sus familias para comprender sus inquietudes y obtener información relevante sobre su bienestar psicoemocional.
  • Pruebas psicométricas: El uso de pruebas estandarizadas ayuda a evaluar aspectos específicos de la salud mental y emocional de los niños y adolescentes.
  • Escalas de valoración: Se emplean diversas escalas de valoración para medir la gravedad de los síntomas y el nivel de funcionamiento psicosocial.
  • Colaboración interdisciplinaria: La participación conjunta de profesionales de la salud, educadores y la familia es esencial para una evaluación más completa y una intervención efectiva.

La detección temprana brinda la oportunidad de abordar los problemas psicoemocionales antes de que se agraven, permitiendo un apoyo adecuado y la implementación de estrategias de intervención apropiadas para mejorar el bienestar y la calidad de vida de los niños y adolescentes.

P: ¿Cuál es el papel de la enfermería en el abordaje de estos problemas?

R: La enfermera especialista en salud mental desempeña una variedad de funciones y contribuyen de diversas maneras en la detección, evaluación y desarrollo de intervenciones de estos problemas. Algunas de las áreas en las que la enfermería puede desempeñar un papel importante son las siguientes:

  • Promoción de la salud mental: la enfermera de salud mental está capacitada para el desarrollo de intervenciones que fomenten cuidados saludables y adopción de hábitos que fomenten el bienestar emocional.
  • Detección temprana: la enfermera de salud mental colabora en la detección temprana de problemas psicoemocionales al realizar evaluaciones de salud mental, tanto en el ámbito escolar como en entornos clínicos.
  • Evaluación y seguimiento: mediante valoraciones iniciales de salud mental en colaboración con otros profesionales de la salud. Reúnen información acerca de aspectos relevantes de la esfera biopsicosocial
  • Apoyo emocional y educación: la enfermera especialista en salud mental mediante el acompañamiento y la presencia como elemento esencial del cuidado puede dar soporte en todas las etapas del niño y/o adolescentes; sin olvidar del trabajo junto con la familia.
  • Coordinación del cuidado: la enfermera especialista en salud mental desempeña un papel fundamental, ya que colabora con otros profesionales de la salud, como psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, etc.; para asegurarse de que se brinde la atención adecuada y se establezcan planes de tratamiento efectivos.
  • Educación y prevención: La participación de la enfermera especialista en salud mental en programas educativos que trabajen la prevención en entornos escolares y comunitarios, es muy importante. Ya que entre otras funciones y junto con la enfermera de salud escolar, elabora talleres, charlas y actividades que promuevan la salud mental, enseñen habilidades de afrontamiento y prevengan problemas psicoemocionales.

La enfermera de salud mental desempeña un papel esencial en el cuidado de la población infantojuvenil. Su enfoque biopsicosocial, su capacidad para brindar apoyo emocional, acompañamiento, educación y coordinación del cuidado contribuyen al abordaje integral de los problemas psicoemocionales en niños y adolescentes.

P: ¿Qué estrategias y enfoques utiliza la Enfermería de salud mental para ayudar a los niños y adolescentes a superar su malestar psicoemocional?

R: La Enfermería de salud mental emplea una variedad de estrategias para brindar apoyo a los niños y adolescentes que enfrentan problemas psicoemocionales. Estas estrategias se adaptan a las necesidades individuales de cada joven y su familia, con el objetivo de proporcionar un plan de cuidados personalizado y efectivo.

Entre las principales estrategias utilizadas se encuentran:

  • Desarrollo de intervenciones personalizadas: Se diseñan planes de cuidados específicos que se ajustan a las necesidades únicas de cada niño o adolescente y su entorno familiar.
  • Fomento de habilidades para la regulación emocional: Se trabajan técnicas para ayudar a los jóvenes a manejar sus emociones de manera saludable y efectiva.
  • Terapias creativas: Se utilizan enfoques como el juego, arteterapia y musicoterapia para brindar una forma alternativa de expresión emocional y promover el vínculo con el paciente.
  • Apoyo emocional y acompañamiento: La enfermería de salud mental ofrece un entorno seguro para que los jóvenes expresen sus sentimientos y preocupaciones, tanto para el paciente como para su familia.
  • Psicoeducación: Se brinda información sobre los problemas específicos que enfrenta el niño o adolescente, ayudándoles a comprender mejor sus dificultades y desarrollar herramientas para afrontarlas de manera efectiva.
  • Promoción de la salud y prevención: Se realizan talleres y actividades que fomenten el autocuidado, la gestión del estrés y la ansiedad, entre otros, para prevenir problemas psicoemocionales.

Es importante destacar que la enfermería de salud mental trabaja en estrecha coordinación con un equipo multidisciplinario, incluyendo psicólogos clínicos, psiquiatras, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales y otros profesionales de la salud. Juntos, establecen objetivos comunes y colaboran en grupos de apoyo y terapia para proporcionar una atención integral y efectiva a los niños y adolescentes en su proceso de superar el malestar psicoemocional.

P: ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la enfermería de salud mental en la de la salud mental infanto-juvenil?

La Enfermería de salud mental en la atención infantojuvenil se enfrenta a diversos retos. Algunos de los principales son:

  • La existencia de estigma y la falta de conciencia asociado a los problemas de salud mental, dificultando la detección temprana y acceso a los servicios de atención. Aunque con la pandemia de la Covid-19, se visibilizó mucho más la existencia y la necesidad del cuidado de la salud mental; aún queda mucho trabajo para su eliminación.
  • Recursos limitados: La falta de recursos, tanto económicos como de personal, es un desafío significativo en la atención de salud mental infanto-juvenil. La escasez de especialistas en salud mental, la falta de servicios especializados y la falta de acceso a servicios de calidad pueden dificultar la provisión de una atención integral y oportuna.
  • Coordinación y continuidad del cuidado: La coordinación del cuidado entre diferentes profesionales y proveedores de servicios puede ser compleja, especialmente en el caso de niños y adolescentes que requieren una atención multidisciplinaria. La falta de comunicación efectiva y la fragmentación de los servicios pueden dificultar la continuidad del cuidado, lo que impacta negativamente en los resultados y en la calidad de la atención.
  • Necesidad de enfoque holístico: Los problemas psicoemocionales en la población infantojuvenil requieren un enfoque holístico y centrado en el niño, que tenga en cuenta no solo los aspectos clínicos, sino también los factores familiares, sociales y educativos. Esto implica la necesidad de una colaboración estrecha entre profesionales de diferentes disciplinas y la adopción de modelos de atención integral.
  • Diversidad cultural y barreras de idioma: La atención de salud mental infanto-juvenil debe ser sensible a la diversidad cultural y a las barreras de idioma. Es importante tener en cuenta los valores culturales, las prácticas de crianza y las creencias de las familias para proporcionar una atención culturalmente apropiada. Además, la falta de servicios disponibles en diferentes idiomas puede limitar el acceso a la atención para algunas poblaciones.
  • Autocuidado del personal: Los profesionales de enfermería que trabajan en salud mental infanto-juvenil pueden enfrentar altos niveles de estrés debido a la naturaleza emocionalmente exigente de su trabajo. El cuidado y el apoyo al personal son fundamentales para prevenir el agotamiento y asegurar una atención de calidad y sostenible.

Enfrentar estos retos requiere un enfoque multidimensional que involucre la sensibilización y educación sobre la salud mental, el fortalecimiento de los recursos y servicios de atención, la promoción de la colaboración interdisciplinaria y la defensa de políticas que prioricen la salud mental de los niños y adolescentes.

P: ¿Qué consejos puede dar a los padres y cuidadores para apoyar la salud mental de sus hijos en casa?

R: Existen diversos consejos y orientaciones que pueden ser de gran ayuda para apoyar la salud mental de los hijos en el entorno familiar. Algunas recomendaciones son las siguientes:

  • Comunicación abierta y afectuosa: Crear espacios y momentos propicios para fomentar una comunicación abierta y afectuosa con los hijos. Escuchar activamente sus sentimientos y emociones, permitiéndoles expresarse libremente.
  • Ambiente seguro y acogedor: Promover un ambiente seguro y acogedor en el hogar, donde los hijos se sientan cómodos y confiados para compartir sus inquietudes.
  • Establecer rutinas y límites saludables: Establecer horarios regulares para actividades como las comidas, el sueño, el estudio y el tiempo libre. La consistencia en las rutinas brinda estabilidad y seguridad emocional.
  • Participación en decisiones: Incluir a los hijos en la toma de decisiones familiares, haciéndoles partícipes en la planificación de actividades y límites, fomentando la responsabilidad y el sentido de pertenencia.
  • Enseñar el autocuidado: Fomentar hábitos saludables en los hijos, como una alimentación equilibrada, actividad física regular y un adecuado descanso. Enseñarles la importancia de cuidar su bienestar físico y emocional.
  • Estimular el juego y el disfrute: Promover el juego como una forma de expresión emocional y vínculo positivo. Compartir momentos de juego guiados por los hijos fortalece la conexión emocional.
  • Desarrollo de relaciones sociales: Animar a los hijos a participar en actividades que les permitan interactuar con otros niños y adolescentes, fomentando el desarrollo de relaciones sociales saludables.
  • Enseñar habilidades de afrontamiento: Brindar herramientas para enfrentar el estrés y expresar emociones de manera adecuada. Enseñar estrategias de resolución de problemas y comunicación asertiva.
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