El Colegio de Enfermería de Málaga entrevista a la colegiada Carmen Díaz González, que lleva cerca treinta años trabajando como enfermera de quirófano del Hospital Costa del Sol para conocer en profundidad qué funciones desarrolla, la importancia de esta labor para el éxito en las cirugías y los retos a los que se enfrenta esta especialización enfermera. “Con una adecuada comunicación, identificando sus necesidades, con escucha activa, con un gesto… es posible conseguir en los pacientes tranquilidad, confianza y seguridad para que su paso por el quirófano sea lo más confortable posible” expresa la colegiada de Málaga.

P: Buenas Carmen, gracias por atender al Colegio. ¿Podrías contarnos qué fue lo que te llevó a ejercer la Enfermería?

R: Buenas. En mi caso, desde muy joven, tuve claro que me quería dedicar a una profesión que implicara servicio a los demás. Me sentía atraída principalmente por dos ámbitos; la enseñanza y la sanidad, ya que ambas profesiones, aun siendo muy diferentes, podían satisfacer mi vocación de servicio.

La vivencia junto a un familiar enfermo me hizo elegir Enfermería, aunque la docencia seguía siendo una asignatura pendiente. A día de hoy, no tengo ninguna duda de que mi elección fue la mejor. A lo largo de mi vida profesional, he vivido experiencias muy duras, que han sido sobradamente compensadas con muchos más momentos buenos.

Además, por suerte, he tenido la oportunidad de satisfacer mi vocación docente participando en numerosos cursos en mi centro de trabajo, como colaboradora del Departamento de Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Málaga, impartiendo clases teórico-prácticas y siendo tutora clínica de alumnos de Grado en sus rotatorios de prácticas en el bloque quirúrgico de mi centro de trabajo.

En resumen, vivo mi profesión con la misma ilusión con la que comencé, con ganas de mejorar y aprender cada día.

P: ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

R: El trabajo de una enfermera instrumentista es multidisciplinar e integral. Quizás este sea uno de los valores que más me atraiga. En mi trabajo, no sólo participo en intervenciones quirúrgicas, sino que atiendo a personas que se someten a dichas intervenciones.

Para mí, lo más importante y lo que más me gusta, es cuidar de un paciente que se siente vulnerable ante un ambiente tan desconocido y hostil como es el quirófano.

La mayor parte de los pacientes que atiendo son sometidos a anestesia general, por lo tanto, el tiempo que puedo interactuar con ellos es muy breve. Sin embargo, en los momentos previos a la cirugía, con una adecuada comunicación, identificando sus necesidades, con escucha activa, con un gesto… es posible conseguir en los pacientes tranquilidad, confianza y seguridad para que su paso por el quirófano sea lo más confortable posible.

Otro aspecto que me atrae de mi trabajo es su vinculación con la ciencia. Las técnicas quirúrgicas están en continua evolución y avance, algo que además de implicar compromiso en la actualización y formación continua, evita el estancamiento como profesional.

P: ¿Qué aporta la intervención de una enfermera instrumentista al proceso quirúrgico?

R: Las enfermeras de quirófano desarrollamos nuestro trabajo en un entorno altamente técnico, donde los cuidados que prestamos van ligados a la tecnología y a la necesidad de saber emplear numeroso instrumental, aparataje, dispositivos y equipos muy complejos. Conocer y dominar estas herramientas resulta fundamental para que nuestros pacientes sean sometidos a la cirugía con calidad, seguridad; evitando en todo momento complicaciones derivadas del uso incorrecto de los mismos.

En ocasiones, visto desde fuera, parece que los cuidados que brinda una enfermera de quirófano se reducen al empleo exclusivo de la técnica, olvidando que la esencia de nuestra profesión es el cuidado y que el centro de las actuaciones es el paciente. Nuestra misión pasa por cuidarlo durante todo el proceso perioperatorio, proporcionando una atención integral, de calidad y segura.

En este sentido, cabe destacar que la enfermera de quirófano forma parte del equipo quirúrgico donde cada integrante tiene un rol y competencias específicas y la colaboración entre los profesionales resulta fundamental para un trabajo eficaz y fluido.

P: ¿Qué características personales y profesionales debe poseer una enfermera instrumentista?

Me gustaría responder la presente pregunta diferenciando las características profesionales de las personales.

En cuanto al contexto profesional, las enfermeras instrumentistas debemos ser muy rigurosas con el orden. A menudo, nos ponemos frente a mesas con decenas de piezas, de varias cajas de instrumental y de no ser así, resultaría imposible realizar intervenciones complejas con la eficacia necesaria.

También debemos conocer, de manera estricta, las medidas de asepsia exigidas en el campo quirúrgico, tener el control exacto de todos los elementos con los que trabajamos, así como dominar todo el instrumental que manejamos, las técnicas quirúrgicas y la gran cantidad de aparataje electromédico; a menudo complejo.

No debemos olvidar que nuestro trabajo no es exclusivamente técnico, trabajamos como ya he mencionado antes, con personas que se someten a intervenciones, y realizamos el cuidado integral del paciente durante el todo proceso perioperatorio, aplicando metodología enfermera. Por ello, resulta fundamental que la persona en cuestión integre los valores más esenciales del modelo de la Enfermería.

De otro lado, con respecto a las características personales, es importante contar con buena capacidad física y resistencia ya que, en muchas ocasiones, nos enfrentamos a intervenciones prolongadas durante varias horas, sin movernos de un mismo sitio y de pie.

En añadido, es importante desarrollar la capacidad para trabajar bajo presión, que, en algunos momentos críticos, puede llegar a ser intensa, además de las habilidades comunicativas y la capacidad de trabajar en equipo.

P: ¿Considera que esta especialidad cuenta con suficiente reconocimiento?

Desde mi punto de vista particular y profesional, no. Desarrollamos un trabajo muy específico y altamente técnico que no se realiza en ninguna otra unidad asistencial y que nos obliga a estar permanentemente en formación. Y esto, es algo que no se reconoce ni por parte de las administraciones ni dentro del ámbito social.

De hecho, incluso dentro del área, los profesionales de la Enfermería, por lo general, nos dedicamos a una especialidad concreta, ya que, de lo contrario, sería imposible dominar todas las técnicas que realiza cada especialidad quirúrgica. Por todo ello, creo que la enfermería quirúrgica debería ser una especialidad reconocida por la administración sanitaria.

P: Cuéntenos alguna anécdota que recuerde dentro del quirófano

Son muchas las anécdotas vividas en los 30 años que llevo trabajando como enfermera de quirófano. Momentos duros, casualidades bonitas y muchos recuerdos que se te van quedando en la retina.

Por ejemplo, me acuerdo especialmente de una intervención a un paciente que había sufrido un accidente de tráfico y que se pasó a quirófano sentado en el asiento del coche. El quitamiedos del arcén había atravesado su abdomen y el asiento. Una vez en la mesa de operaciones se completó la excarcelación. El paciente sobrevivió, pero no se nos olvidará aquella imagen.

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