Con motivo de la celebración de la Semana Internacional de las Personas Sordas, desde el Colegio de Enfermería de Málaga reconocen y celebran el valioso trabajo de las enfermeras de la Unidad de Otorrinolaringología en el cuidado de personas con discapacidad auditiva. Su dedicación y empatía son fundamentales para garantizar una atención inclusiva y de calidad.
Begoña Delgado de Mendoza Ruiz es una enfermera malagueña con una larga y variada carrera en el ámbito de la salud. Comenzó su formación en la escuela de la Diputación de Málaga, donde descubrió su pasión por las disciplinas sanitarias, incluyendo Medicina, Fisioterapia, Enfermería y Logopedia. Finalmente, decidió seguir el camino de la Enfermería debido a la riqueza y versatilidad de los cuidados que esta profesión ofrece. “Cada vez que me preguntan por qué estudié esta profesión, tengo la sensación de que me quedo sin palabras, no es una cosa que pueda expresar, sino un sentimiento arraigado profundamente en mi”.
Su viaje profesional comenzó en 1995 en el área de cuidados críticos del Hospital Regional de Málaga, donde desempeñó un papel fundamental durante siete años. Posteriormente, se incorporó al Hospital Clínico Virgen de la Victoria y, en paralelo, se embarcó en estudios de Criminología. “Esta elección no fue casual, sino debido a la naturaleza multidisciplinar y dinámica de sus materias, ya que siempre he visto en ambas disciplinas una oportunidad única para comprender el mundo y las personas desde perspectivas diferentes”.
A lo largo de su carrera, Begoña ha trabajado en una amplia gama de servicios hospitalarios, desde quirófano hasta hospitalización en diversas especialidades médicas, incluyendo Medicina Interna, Traumatología, Digestivo y ORL, entre otras. En la actualidad, su compromiso y pasión se reflejan en su labor en la consulta ORL del Hospital Virgen de la Victoria, donde lleva a cabo pruebas funcionales y cuidados junto a sus compañeros, Alberto Mateos Rodríguez y Mercedes Pérez Ruiz.
El papel de Enfermería en el cuidado de las personas con discapacidad auditiva
En esta entrevista, Delgado de Mendoza Ruiz nos acerca al papel crucial que desarrollan las enfermeras en la atención a personas con discapacidad auditiva, además de descubrir cómo se adaptan en cada momento los cuidados a sus necesidades específicas. «La comunicación enfermera y paciente es fundamental en todos los ámbitos del cuidado; es un pilar fundamental, esencial para individualizar cuidados en base a necesidades específicas. En este caso, las personas con déficit auditivo tienen un hándicap añadido” explica la enfermera. “Imagínate que te levantas enfermo y tienes que comunicar lo que te ocurre, cómo te sientes. Y por parte de los profesionales, el sentimiento es el mismo: ¿cómo me comunico con ellos, ¿cómo los entiendo? Si ya es difícil en algunas ocasiones comunicarnos, si le agregamos obstáculos, como barreras lingüísticas, culturales, los problemas crecen y se multiplican” añade Begoña.
Además, la sanitaria subraya que, “en muchos casos, los profesionales de la salud no están familiarizados con la atención a personas con discapacidad auditiva, lo que dificulta aún más la comunicación efectiva. Para abordar este desafío, son necesarias y urgentes aplicar estrategias como vocalizar, hablar despacio, gesticular y proporcionar indicaciones por escrito. También existe la posibilidad de implementar la colaboración de la Enfermería con intérpretes de lenguaje de señas y el uso de recursos tecnológicos, como videollamadas o aplicaciones de traducción”.
Dificultades auditivas: desafíos y estrategias en la atención a personas
Además, Begoña explora los desafíos más comunes que enfrentan las personas sordas al acceder a la atención sanitaria y las estrategias que la Enfermería puede emplear para garantizar una comunicación efectiva. Como aclara la colegiada malagueña, “el déficit auditivo puede presentarse en diferentes grados, desde una pérdida leve de audición hasta una hipoacusia profunda. Además, la edad de aparición de esta discapacidad y la forma en que afecta la comunicación varían ampliamente de un individuo a otro. Esto plantea desafíos únicos en la atención sanitaria, ya que cada caso requiere un enfoque específico”.
En añadido, explica, “uno de los aspectos más críticos es la detección temprana de la hipoacusia, especialmente en recién nacidos. Actualmente se realizan otormisiones, aunque lo ideal sería que fuera a través de potenciales evocados, lo que permitiría diagnosticar alteraciones en edades muy tempranas y proporcionar intervenciones adecuadas. Sin embargo, carecemos de equipos para ello en los centros sanitarios”.
Pero aún hay más. Las personas sordas también enfrentan dificultades en entornos de atención sanitaria debido a la falta de señales visuales. Como insiste la enfermera malagueña, “los avisos por megafonía y las llamadas por voz pueden resultar ineficaces para ellos, por lo que debemos pensar en incluir en todos los centros de atención sanitaria señales visuales como una solución valiosa para proporcionar información esencial a personas con estas dificultades. A menudo, acuden a centros de salud acompañadas por intérpretes, lo que puede reducir su privacidad y confidencialidad. Además, la disponibilidad de intérpretes de lengua de señas en centros sanitarios es escasa, lo que hace que dependan en gran medida de familiares y amigos”.
Estrategias para la comunicación efectiva
En este contexto, Begoña ha considerado importante recordar las estrategias esenciales que se utilizan hoy en día para asegurar una comunicación efectiva entre las enfermeras y las personas con discapacidad auditiva durante el proceso de atención sanitaria.
- Lectura labial y contacto visual: Las enfermeras deben prestar atención a la lectura labial y mantener un contacto visual constante con el paciente.
- Posicionamiento estratégico: Sentarse frente al paciente y, si es necesario, aplicar un suave toque en el hombro para indicar la intención de comunicarse.
- Eliminación de barreras visuales: Evitar cubrir la cara con mascarillas y no elevar la voz en exceso, ya que esto puede dificultar la audición.
- Vocalización y lenguaje claro: Hablar despacio y vocalizar correctamente, evitando expresiones complicadas o frases hechas.
- Entorno favorable: Proporcionar un entorno tranquilo, con poco ruido y una buena iluminación.
- Recursos visuales: Utilizar imágenes, gráficos o dibujos para apoyar la comunicación.
En añadido, la sanitaria destaca que “siempre es importante confirmar la comprensión del paciente mediante la técnica de confirmación de comprensión, donde el paciente repite o expresa la información recibida. También enfatiza la necesidad de respetar las preferencias de comunicación de cada persona y adaptarse a su forma preferida de comunicarse”.
La profesión enfermera: pieza clave para la educación y el apoyo
En la actualidad, gracias al avance de la sanidad, existen gran variedad de estrategias que sirven para proporcionar educación y apoyo de manera efectiva y práctica a las personas con dificultades auditivas. En concreto, la enfermera malagueña destaca “la importancia de la formación en lengua de signos para los signantes, ya que actualmente se promueve que estén lo más incorporados posible a la sociedad, así como la necesidad de hacer que la información sea accesible, agregar subtítulos en videos educativos, ofrecer materiales impresos en formatos visuales o en lectura fácil y proporcionar recursos en línea con traducción al lenguaje de señas”.
Además, la sanitaria también enfatiza la relevancia de “ofrecer asesoramiento y talleres que aborden temas cruciales, como una dieta equilibrada, el ejercicio regular, la prevención de enfermedades y el cuidado de la salud mental. Este enfoque preventivo resulta esencial para garantizar que las personas sordas tengan acceso a información que les permita tomar decisiones informadas sobre su salud y bienestar”.
Impacto de la discapacidad auditiva en la salud mental y emocional
Begoña subraya la importancia de abordar el impacto de la discapacidad auditiva en la salud mental y emocional de las personas sordas. “Según los datos publicados en una encuesta de Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia (EDA) realizada en 2020, se revela que la discapacidad auditiva afecta a una parte significativa de la población y que las personas con discapacidad auditiva pueden enfrentar dificultades en varios aspectos de la vida, como la educación, el empleo y la interacción social”.
De hecho, como enfermeras, continua Begoña, “nos encontramos muy sensibilizadas con las dificultades que tienen que enfrentar como situaciones de discriminación, especialmente en entornos escolares y laborales, la falta de accesibilidad en viviendas, edificios públicos, transporte o tecnologías. Problemas comunes que comparten estas personas en su día a día”.
Y es precisamente en este contexto, donde la Enfermería desempeña un papel esencial en el apoyo a la salud mental y emocional de las personas sordas. Entre las herramientas que brindan las enfermeras, destacan:
- Educación y asesoramiento: Proporcionar información y consejos sobre cómo abordar los desafíos relacionados con la discapacidad auditiva.
- Apoyo psicológico: Ofrecer apoyo emocional y ayudar a las personas sordas a lidiar con el estrés y la ansiedad relacionados con su condición.
- Defensa de derechos: Abogar por los derechos de los pacientes y promover la accesibilidad y la inclusión en todos los aspectos de la sociedad.
Por último, aunque esto no forme parte de las tareas habituales de las enfermeras, Begoña subraya la importancia de la capacidad de referir a los pacientes a servicios especializados. «En mi opinión, es esencial y beneficioso para el paciente tener la opción de ser derivado a profesionales de la salud mental en caso de que sea necesario para recibir una atención más especializada».
Retos pendientes en la capacitación y la educación
Begoña destaca la necesidad de aumentar la formación académica, no solo para los profesionales sanitarios, sino también para todos los sectores de la sociedad. “Esto incluye a los centros escolares, donde es crucial que los estudiantes comprendan los diferentes tipos y formas de comunicación. También es importante aprender a manejar la inseguridad y ansiedad presentes en los pacientes con estas dificultades. El objetivo es que la discapacidad sensorial del paciente no sea un obstáculo para establecer una relación de confianza y empatía entre la enfermera y el paciente, similar a la que se tiene con otras personas”.
Para ello, por ejemplo, existen recursos de gran utilidad como pueden ser “la incorporación de pictogramas adaptados y aplicaciones móviles, para facilitar la comunicación con personas sordas. Herramientas que, sin lugar a duda, pueden desempeñar un papel crucial en la comprensión mutua y el intercambio de información”.
Por último, Begoña lo tiene claro: la sensibilización y la divulgación son clave para aumentar la concienciación sobre las necesidades de las personas con discapacidad auditiva. “Es preciso que se realicen campañas de sensibilización y programas de divulgación para educar a la sociedad en general sobre la importancia de la inclusión y la comunicación efectiva con personas con discapacidad auditiva, así como colaborar con organizaciones dedicadas a la atención y apoyo de las personas sordas, ya que a menudo suelen contar con experiencia y recursos para promover la inclusión y la sensibilización. La colaboración puede incluir la participación en eventos, la organización de charlas informativas y la creación de redes de apoyo.
En última instancia, subraya Begoña, “en la era actual, donde la comunicación a través de internet y las redes sociales es omnipresente, es esencial que no se descuide la comunicación con aquellos que tienen discapacidades sensoriales. Su testimonio destaca la necesidad urgente de recursos y esfuerzos adicionales para garantizar que las personas sordas reciban una atención sanitaria culturalmente sensible y de alta calidad en todos los aspectos de su vida”.
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