Desde el Colegio de Enfermería de Málaga se unen a la reflexión sobre el poder transformador de la escucha activa y empática en la práctica enfermera. Más que una habilidad técnica, la capacidad de escuchar atentamente se convierte como un pilar fundamental en la atención de la salud, donde el cuidado humano y efectivo encuentra su cimiento.

Así, la escucha activa no solo implica oír las palabras del paciente, sino comprender su contexto emocional, sus preocupaciones y necesidades más profundas. Como ha afirmado José Miguel Carrasco Sancho, presidente del Colegio de Enfermería de Málaga: “Enfermería es una profesión de cuidados, y la escucha activa es una herramienta esencial en nuestro kit de cuidados. Al escuchar de manera compasiva, establecemos un vínculo de confianza con nuestros pacientes, lo que facilita la comunicación abierta y la colaboración en su proceso de curación”.

La escucha activa no solo mejora la calidad de la atención, sino que también fortalece la relación entre el enfermero y el paciente, generando un ambiente de empatía y comprensión mutua. En un mundo cada vez más acelerado, donde el tiempo y las tecnologías a menudo relegan la atención plena, recordamos que la simple acción de escuchar puede marcar la diferencia entre una atención sanitaria mecánica y una verdaderamente humana.

La esencia de la escucha activa en la Enfermería

La Enfermería es una profesión intrínsecamente ligada al cuidado humano. Más allá de administrar tratamientos y procedimientos, las enfermeras son los guardianes del bienestar físico, emocional y espiritual de los pacientes. En este sentido, la escucha activa se alza como una herramienta vital para comprender las necesidades de aquellos a quienes servimos.

Cuando una enfermera practica la escucha activa, se compromete a estar presente de manera completa y consciente durante la interacción con el paciente. Esto implica prestar atención no solo a las palabras que se dicen, sino también a los gestos, expresiones faciales y tono de voz, que pueden revelar información crucial sobre el estado emocional del individuo.

Los beneficios de la escucha activa en el entorno sanitario

La práctica de la escucha activa en entornos sanitarios conlleva una serie de beneficios tanto para los pacientes como para los profesionales de la salud. En primer lugar, fomenta una relación de confianza entre el paciente y el enfermero, lo que facilita una comunicación abierta y honesta. Esto, a su vez, permite una toma de decisiones compartida y una mayor adherencia al plan de tratamiento por parte del paciente.

Como ha señalado el representante de las más de 9.000 enfermeras colegiadas de Málaga, “La escucha activa en el contexto de la Enfermería no solo tiene beneficios emocionales, sino también prácticos. Cuando los pacientes se sienten escuchados y comprendidos, están más dispuestos a participar en su proceso de curación y a seguir las recomendaciones médicas. Esto puede traducirse en mejores resultados clínicos y una experiencia general más positiva para el paciente”.

Desafíos y estrategias para mejorar la escucha activa

Aunque la escucha activa es una habilidad fundamental en la práctica enfermera, enfrenta una serie de desafíos en la realidad cotidiana del entorno sanitario. El tiempo limitado, las cargas de trabajo elevadas y las distracciones constantes pueden dificultar la capacidad de los enfermeros para dedicar la atención necesaria a cada paciente.

Para abordar estos desafíos, es fundamental que los profesionales de la salud reciban capacitación continua en habilidades de comunicación efectiva y escucha activa. Los programas de formación y desarrollo profesional pueden proporcionar herramientas prácticas y estrategias para mejorar la calidad de la interacción enfermero-paciente y fomentar una cultura de escucha dentro de las instituciones sanitarias.

 

Por todo ello, desde el Colegio de Enfermería de Málaga, reconocen la importancia de cultivar una cultura de escucha activa y empática dentro de nuestras instituciones sanitarias, donde el respeto, la compasión y la dignidad guíen cada interacción con los pacientes.

Como ha concluido Carrasco Sancho, “la escucha activa es un recordatorio poderoso de nuestra humanidad compartida. En un mundo cada vez más conectado digitalmente pero a menudo desconectado emocionalmente, el simple acto de escuchar puede sanar heridas invisibles y fortalecer lazos de confianza y comprensión. Hoy y todos los días, se comprometen a escuchar con el corazón abierto, a estar presentes para los pacientes y a trabajar juntos hacia un futuro de cuidado humano y compasivo”.

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