La solidaridad y el compromiso de los profesionales de la Enfermería no tienen fronteras. Un colegiado malagueño especialista en Enfermería Obstétrica y Ginecológica ha colaborado, a través de Bomberos Sin Fronteras, en las labores sanitarias de rescate tras el devastador terremoto que sacudió Siria y Turquía el pasado 6 de febrero de 2023.

Más de 42.000 personas han perdido la vida y decenas de miles han resultado heridas tras el terremoto que sacudió Siria y Turquía el pasado 6 de febrero de 2023. Sin embargo, en medio de la tragedia, hay personas que demuestran que el ser humano sigue siendo capaz de lo mejor en los momentos más difíciles.

Uno de estos héroes es nuestro colegiado malagueño, Hipólito Lucena. Este profesional, enfermero especialista en Obstetricia y Ginecología, no dudó ni un minuto en unirse a la misión de Bomberos Sin Fronteras en Turquía para ayudar con las labores sanitarias de rescate a las personas afectadas por el terremoto. “Mi motivación ha sido íntegramente moral, de querer aportar a la sociedad con mis conocimientos y capacidades. Para mí, la sociedad no empieza y acaba en Málaga o en mi país, como el nombre de la organización bien alude, ayudamos sin fronteras ni límites” ha explicado Hipólito.

Hipólito es el claro ejemplo de que la colaboración en situaciones de emergencia es fundamental para poder hacer frente a las crisis y ayudar a quienes más lo necesitan. Desde el año 2004, forma parte de esta organización, habiendo participado en numerosas misiones de ayuda en distintos países del mundo. En su labor actual como vocal de la Junta Directiva de Bomberos Sin Fronteras, el enfermero malagueño se encarga de coordinar la formación específica de los sanitarios en materia de rescate, además de ser responsable de la coordinación de los mismos con el resto del equipo.

Experiencia en Turquía: sanitarios de rescate

Durante su experiencia en esta catástrofe, el colegiado ha trabajado a contrarreloj junto a otros profesionales de la salud para brindar atención sanitaria a los heridos y salvar vidas, ya que todas las víctimas necesitaban asistencia inmediata. “Hemos trabajado sin descanso en equipo con los bomberos y otros profesionales de la salud para brindar la mejor atención posible en unas condiciones muy complicadas. La sensación que se respiraba era de solidaridad colectiva, como si las personas que se encontraban atrapadas por los escombros fueran nuestros hermanos esperando ayuda” ha confesado el sanitario.

En concreto, su función como sanitario de rescate ha consistido en prestar atención in situ a las víctimas, brindando una mayor oportunidad de recuperación de las lesiones y trabajando siempre en coordinación con el equipo de bomberos. “Una vez los bomberos alcanzan el lugar, el sanitario accede para prestar asistencia y ya no se mueve de allí. Por eso, siempre digo que somos los últimos en entrar, pero también los últimos en salir de los escombros” ha declarado el enfermero.

Hipólito también ha explicado alguno de los desafíos que se han encontrado en el terreno, como la dificultad para mantener al equipo caliente y conservar los materiales sanitarios óptimos en condiciones climáticas extremas. “Un gran problema ha sido el frío, tuvimos que organizar un lugar caliente al que ir ubicando a las víctimas y además conservar el botiquín sin que se congelasen los materiales, ya que hemos llegado a alcanzar mínimas de -19ºC alguna noche. Hasta el quinto día, que pudimos contar con una ambulancia cerca, tuvimos que recurrir a lonas térmicas, mecheros de alcohol e incluso a la colaboración de los vecinos para que siguieran manteniendo las fogatas encendidas en donde se calentaban las personas o trayéndonos agua caliente para proteger la mochila botiquín”.

Sin lugar a duda, el momento más emocionante para Lucena ha sido el rescate de dos menores y su madre, en el que pudo poner en práctica todo lo aprendido y resolver complicaciones añadidas. “Me cercioré minutos después, ya que en el momento de prestarles atención el cerebro se pone en modo trabajo, es asombroso cómo todo lo aprendido se pone en práctica, resolviendo además complicaciones añadidas. La emoción y la inmensa alegría vienen después, cuando ves cómo se las llevan en la ambulancia correctamente abrigadas, inmovilizadas, administración de líquidos…”

Trabajo en equipo

Además, Hipólito ha subrayado la importancia del trabajo en equipo en situaciones de emergencia para garantizar el éxito de las intervenciones, algo que no ha faltado en esta cruda, aunque inolvidable, experiencia. “En este viaje todo ha sido facilísimo, la calidad humana y el grado de coordinación entre nosotros no puede ser mejor, recuerda que compartimos patrón, San Juan de Dios fundó un hospital para atender enfermos y falleció rescatando a muchas personas del incendio que se produjo en el mismo, siguió entrando una vez y otra rescatando a tantos como pudo. Personalmente, lo veo como un ejemplo de que bomberos y enfermeros hacemos lo mismo, ayudar a otros con nuestros conocimientos y nuestras capacidades”.

Un trabajo en equipo que también ha resultado fundamental para afrontar las dos impactantes réplicas que sufrieron los voluntarios mientras casi todo el equipo se encontraba trabajando en un rescate. “Tuvieron que salir rápidamente, e incluso se llegó a desplomar parte de la gatera… No es valor ciego, es un valor muy especial el de los bomberos” ha destacado el sanitario.

Reconocimiento a la empatía

Desde el Colegio de Enfermería de Málaga queremos expresar nuestra admiración y agradecimiento a este matrón malagueño y el resto de profesionales que vienen participando en estas labores de rescate y asistencia sanitaria tras el terremoto. Para José Miguel Carrasco, presidente del Colegio, “esta labor es un ejemplo de la dedicación y el compromiso de los profesionales de la Enfermería en la atención a las personas más vulnerables y necesitadas. En un mundo cada vez más interconectado, es un orgullo comprobar de primera mano que el compromiso de los profesionales sanitarios no tiene fronteras”.

Tal y como ha puesto de manifiesto Hipólito, “no es necesario ser un profesional de los servicios de emergencia para colaborar. Todos podemos ayudar de una u otra forma, desde apuntarse como socios a la organización hasta ofrecer recursos y materiales necesarios para las misiones de ayuda. La solidaridad y colaboración son claves en momentos de crisis y emergencias, y por eso, animo a todos aquellos que deseen colaborar a unirse y hacer su aporte en la medida de sus posibilidades”.

Por último, ha concluido, “en momentos como éste, recordamos que, aunque seamos de diferentes nacionalidades, hablamos diferentes idiomas y tengamos diferentes culturas, en el fondo todos somos seres humanos que buscamos lo mismo: amor, compasión y solidaridad”.

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