Entrevista a Francisco Florido, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Málaga. Entre otras cuestiones, se valora el papel de los farmacéuticos en la crisis sanitaria de la COVID-19 o la construcción de la nueva sede de la institución colegial.
¿Cómo ha sido este año y medio de pandemia para los farmacéuticos? ¿Y el Colegio, cómo se ha adaptado a la crisis sanitaria?
Ha sido un año complejo en lo institucional y en lo profesional para todos los farmacéuticos. Desde días antes de que conociéramos la explosión de casos en marzo del año pasado estábamos atendiendo en las oficinas de farmacia a pacientes con síntomas de COVID-19, pero realmente sin saberlo y, lógicamente, sin estar protegidos para ello. Con el estado de alarma, desde el Colegio nos pusimos a trabajar para tratar de conseguir las mejores garantías de seguridad para todo el personal de las farmacias, farmacéuticos y técnicos, al tiempo que ofrecimos nuestra colaboración para ayudar en lo que fuese necesario a las administraciones públicas. Tengo que agradecer a todos los farmacéuticos el excelente trabajo realizado en este año y medio, y a la ciudadanía en general el respeto que han mostrado por la labor que hemos realizado a nuestro lado del mostrador.
Durante los meses más complicados de la pandemia, el farmacéutico fue el profesional sanitario más cercano para muchos ciudadanos. ¿Cómo les ayudabais? ¿Qué aprendisteis de esta situación? ¿Sentís que se ha valorado vuestra labor?
Con los centros de salud saturados muchas personas acudían a la farmacia realizando consultas sanitarias. Nosotros, desde nuestra experiencia y nuestras competencias, tratamos siempre de ayudar al paciente. Y nos hemos encontrado con situaciones complicadas, no solo de COVID, sino de otras enfermedades o dolencias que no han cesado desde que se declaró la pandemia.
Incluso en algunos entornos éramos más que un sanitario, éramos una compañía para muchas personas. Por ejemplo, en las zonas rurales hemos sido casi el único contacto físico para muchas personas mayores que viven solas y así se ha reconocido con acuerdos como el firmado con la Guardia Civil para advertir de incidencias en este colectivo, con el que tenemos una relación permanente.
Eso sí, pensamos que podíamos haber hecho más. Nos hemos ofrecido para multitud de tareas y aunque en algunas nos han tomado las propuestas por buenas, y parece que han llegado para quedarse, como la entrega de medicamentos del servicio de farmacia hospitalaria a través de las oficinas de farmacia; en otras creemos que hubiéramos ayudado mucho al control de la pandemia, como por ejemplo con la realización de test de detección del coronavirus en las propias farmacias.
¿Cuáles son los problemas de salud más frecuentes que estáis detectando desde las farmacias?
Al margen de los propios de la COVID-19, y de los pacientes que mantienen sus síntomas una vez superada la fase aguda de la enfermedad, estamos viendo un mayor número de pacientes con problemas de salud mental.
¿Qué valoración hacéis de la gestión y organización de la vacunación COVID-19 a farmacéuticos?
Más o menos hemos vivido una situación paralela a la de la población en general, que podemos definir como de incertidumbre. Pero con el añadido de que somos trabajadores sanitarios y en algunas ocasiones a la administración le ha costado verlo así. Se empezó con nuestro grupo en una tercera fase tras los residentes de la tercera edad, médicos y enfermeros. Sufrimos un parón por la falta de vacunas de Astrazeneca ,que era la que nos correspondía a nosotros siempre y cuando se cumpliera el criterio de la edad, y se generó un importante malestar en los compañeros. Por fortuna, a final de primavera la situación fue normalizándose, pero también aquí, en paralelo a lo que lo hacía el conjunto de la población y creo que deberíamos haber tenido una mayor preferencia.
¿Cuáles son los principales retos de la profesión para la post pandemia? ¿Cómo vais a ayudar desde el Colegio a afrontarlos?
Durante la pandemia hemos podido demostrar a la sociedad y también a la propia administración sanitaria, que somos parte del sistema público de salud y que podemos ser parte de la solución y control de la misma, por lo que ahora queremos que muchas de las acciones llevadas a cabo se puedan consolidar. Para ello, desde toda la organización farmacéutica colegial se están poniendo herramientas para la consolidación de estas actividades, hablo de receta electrónica privada, atención farmacéutica domiciliaria, entrega de medicamentos hospitalarios a través de la farmacia comunitaria a la población, campañas de prevención de la violencia de género, registro de pacientes post-covid, etc.
¿Cómo pueden ayudar los farmacéuticos a los ciudadanos en la progresiva vuelta a la normalidad que se espera con el avance de la vacunación?
Los farmacéuticos estamos permanentemente ayudando y cuidando al ciudadano, nuestra labor es el consejo creible de un profesional sanitario que está en la primera línea de atención primaria, convirtiéndonos, en ocasiones, en el único profesional de la salud, como ocurre en zonas rurales donde no hay servicio médico las 24 horas del día. Nuestra labor en la post pandemia será un punto y seguido en nuestro trabajo diario, en donde será muy importante concienciar a la ciudadanía que el virus va a convivir con nosotros mucho tiempo y debemos saber cómo eso afecta a nuestra vida y a nuestra forma de relacionarnos con los demás.
A principios de 2020, elegisteis el diseño de la nueva sede del Colegio. ¿Por qué es tan importante este paso y qué beneficios va a suponer para los farmacéuticos malagueños? ¿Ha retrasado la pandemia la apertura prevista para 2022?
Más que la pandemia, que también ha generado algo de retraso, el problema es la excesiva burocratización que rodea a una infraestructura tan importante. Para el Colegio de Farmacéuticos de Málaga la nueva sede es un antes y un después. Llevábamos muchos años trabajando en un nuevo espacio que fuese el hogar de todos los farmacéuticos y la obra que acaba de comenzar creemos que lo será. Para empezar, permitirá unificar las dependencias del Colegio en una sola sede con lo que se ganará en funcionalidad y atención al colegiado. Además se adaptará el nuevo edificio a las nuevas exigencias que requiere el desarrollo de la profesión y permitirá al Colegio crecer tanto en la calidad de sus servicios, como en la cantidad. Esperemos que sea realidad en un año y medio aproximadamente.
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