Entrevista a Luis Juan Morán, decano del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Andalucía (CODINAN), en la que se aborda la necesidad de crear la categoría profesional de dietista-nutricionista, la evolución de la profesión durante la pandemia, los principales problemas de Alimentación y Nutrición de la actualidad, y la divulgación de hábitos alimenticios e información nutricional a través de las redes sociales.

¿Cómo ha sido este año de pandemia para los dietistas-nutricionistas? ¿Y para el Colegio, cómo os habéis adaptado desde la institución?

Al igual que para toda la población y profesionales sanitarios, este año ha sido especialmente duro. El confinamiento, las continuas modificaciones en las normativas a aplicar, las dudas sobre la apertura de centros o las posibles ayudas que podían solicitar los dietistas-nutricionistas han centrado la actividad de los primeros meses de la pandemia. Sin olvidar los servicios que el Colegio siempre ofrece a sus miembros de forma personalizada.

Al mismo tiempo, como profesionales sanitarios, nuestro colectivo profesional se puso a disposición del Ministerio de Sanidad y de la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía para lo que las autoridades sanitarias estimasen oportuno.

En general, ¿cómo ha afectado la crisis sanitaria a la alimentación de la población española?

De manera general, la crisis sanitaria ha dado lugar a un aumento de peso en la población. Los principales desencadenantes de este aumento han sido una mayor ingesta energética y la disminución de la actividad física. Esto se confirma en una encuesta que la Sociedad Española de Obesidad realizó a 1.859 personas, con el fin de profundizar en la evolución del peso corporal durante el confinamiento. Los resultados mostraron que alrededor del 50% de los participantes en la encuesta ganaron peso, de los cuales el 87% había aumentado su peso corporal entre 1 y 3 kg. Esta situación se dio especialmente en mujeres jóvenes con exceso de peso previo que no tomaron medidas para evitar el aumento de peso.

¿Cuáles son los problemas nutricionales que más habéis detectado en los últimos meses? ¿Habéis percibido una mayor demanda de servicios nutricionales?

Los problemas nutricionales más destacados y contra los cuales estamos luchando los dietistas-nutricionistas y todas las agencias de salud a nivel mundial son el sobrepeso y la obesidad. En los últimos meses, y como consecuencia del confinamiento y el cierre perimetral, se ha producido además un aumento de la ansiedad y el estrés. El hecho de pasar mucho tiempo en casa y el aislamiento social se han asociado a alteraciones psicológicas, y como consecuencia, cambios de humor, trastornos del sueño, cambios en los hábitos alimentarios, menor exposición a la luz solar y menor actividad física, entre otros factores. Existe evidencia sólida que relaciona el estrés y la ansiedad con los comportamientos y elecciones alimentarias, alterando además las sensaciones de hambre y saciedad.

Esto ha influido en la preocupación de la población por su salud física y mental. De hecho, ha aumentado el consumo de suplementos alimenticios durante el confinamiento. Los suplementos que más se han usado fueron multivitamínicos, vitamina D y vitamina C. El uso de estos suplementos está asociado a la búsqueda de la mejora de la función inmune y, lógicamente, íntimamente relacionado con la infección por COVID. Aprovecho para remarcar la importancia de la figura del dietista-nutricionista en este tipo de elecciones, así como para poder desarrollar una alimentación saludable o bien una alimentación adaptada a la situación fisiológica o patológica. El uso de suplementos puede ayudarnos, pero es imprescindible realizar una alimentación adecuada.

¿Llevar una alimentación saludable puede ayudar al organismo a luchar contra el coronavirus u otras enfermedades? ¿Es consciente la población de su impacto en la salud?

Aunque no están claras las causas y el tratamiento del virus, sí se ha confirmado que los hábitos alimentarios adecuados tienen un papel fundamental en el desarrollo de la enfermedad. Un sistema inmune débil debido a una inadecuada alimentación puede hacer que la respuesta ante una posible infección sea menor y, por lo tanto, la infección sea más grave.

La Sociedad Europea de Nutrición Clínica y Metabolismo (ESPEN) habla de Doble carga de la malnutrición, ya que tanto el sobrepeso y/o la obesidad como la desnutrición, dan lugar a mayor gravedad de la enfermedad. Además, la comorbilidad derivada de estas patologías complica la recuperación en caso de contraer el virus y tener síntomas asociados.

La alimentación es, por tanto, un factor importante a tener en cuenta en la lucha contra el coronarivus. La población tiene conocimiento de la relación existente entre alimentación saludable y salud, pero consideramos que no está concienciada del gran impacto que tiene. Una muestra de lo anterior es la ausencia de la figura del dietista-nutricionista en la Sanidad Pública andaluza. Al mismo tiempo, durante el curso de la infección, así como posteriormente, la intervención nutricional puede ser imprescindible. Se han detectado numerosos casos de disfagia tras la infección. Este es uno de los aspectos donde el papel del dietista-nutricionista es clave para la recuperación.

¿Cuáles son las patologías que más preocupan a los dietistas-nutricionistas en la actualidad? ¿A qué retos nos enfrentamos?

Como hemos mencionado anteriormente, el sobrepeso y la obesidad son algunas de las complicaciones que más nos preocupan como profesionales sanitarios. No solo porque aumente el número de ciudadanos que lo padezcan, sino por todas las patologías derivadas: hipertensión arterial, diabetes tipo II, dislipemia, y hasta 13 tipos de cáncer están relacionados con el exceso de peso.

El dietista-nutricionista no solo interviene en las patologías aportando un correcto abordaje nutricional, sino que además es fundamental en el área de salud pública, en la prevención de desarrollo de sobrepeso y, por tanto, de la disminución de las tasas del mismo. Esto implica enfrentarnos a retos como aumentar el consumo de fruta y verdura en la población, disminuir el consumo de azúcar, grasas saturadas y sal añadida, y disminuir el consumo de alimentos procesados de mala calidad, entre otras cosas.

Por tanto, el dietista-nutricionista tiene un papel importante en el abordaje nutricional de diferentes enfermedades y en educar a la población en materia de alimentación saludable. Estos dos motivos principales muestran la necesidad de incluir la figura del dietista-nutricionista en Sanidad Pública.

En los últimos años, ha habido un boom en la divulgación de alimentación saludable. ¿Hasta qué punto se están difundiendo buenos hábitos entre la población? ¿Existe mucha desinformación?

Hoy en día, las redes sociales representan uno de los principales medios de comunicación. Esto ha promovido un aumento de la presencia de profesionales sanitarios (y de otras áreas) por estos medios, como vía de divulgación en la materia de especialización. Esto es positivo y negativo. Por un lado, permite compartir información de calidad y mantener actualizada las últimas novedades en evidencia científica. Por otro lado, cierto tipo de fuentes, da lugar a desinformación y mitos que llegan al usuario en cuestión de segundos, mensajes contundentes enviados por personas influyentes que, en muchos casos, no tienen formación en la materia.

De hecho, durante la pandemia se han tenido que instaurar medidas destinadas a desmentir los bulos que se difundían a través de las redes sociales y otros medios.

Por otro lado, las redes sociales están reforzando el concepto de salud unido a un cuerpo ideal y al consumo de productos alimenticios de determinadas marcas como requisito para obtener resultados rápidos y sorprendentes, y posicionarse entre los consumidores. Esto promueve conductas restrictivas obsesivas, y el consecuente posible desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria. Por ese motivo, nuestro mejor consejo sería acudir a un dietista-nutricionista para cualquier aspecto relacionado con la alimentación.

Es necesario hacer un uso responsable de las redes sociales y cuestionar la información que recibimos por parte de todos los medios de comunicación, tanto plataformas sociales como televisión, prensa y/o radio.

¿Por qué debería incluirse la figura del dietista-nutricionista en la Sanidad Pública? ¿Qué beneficios supondría para el propio sistema? ¿Y para los ciudadanos? ¿En qué punto se encuentra esta inclusión?

Existe suficiente evidencia para afirmar que la incorporación del dietista-nutricionista en el Sistema Andaluz de Salud es necesaria y urgente. Las últimas encuestas nacionales de salud muestran que los factores de riesgo cardiovascular, metabólicos y de otras enfermedades crónicas como hipertensión o diabetes siguen aumentando considerablemente, habiéndose duplicado la prevalencia de alguna de estas patologías casi el doble en los últimos 25 años. En todas ellas destaca como factor de riesgo los hábitos de vida, entre ellos, la alimentación, la cual juega un papel principal.

Invertir en la creación de la categoría profesional de dietista-nutricionista en el Sistema Andaluz de Salud supone una inversión en calidad de vida de los pacientes y en materia de prevención del desarrollo de estas patologías. Esto repercute en un ahorro económico, ya que el tratamiento de estas enfermedades supone un porcentaje importante del gasto sanitario anual.

¿Cuáles son los principales retos de la profesión para la post pandemia? ¿Cómo vais a ayudar desde el Colegio a afrontarlos?

El principal reto para la profesión es conseguir la creación de la categoría profesional de dietista-nutricionista en el Servicio Andaluz de Salud. Es un requerimiento que llevamos años haciendo a la administración pública andaluza y que debe ser atendido con especial urgencia antes los datos de salud actuales. En este aspecto, la pelota está en el tejado de la administración. Hemos mantenido numerosas reuniones con diferentes servicios del Servicio Andaluz de Salud, de la Consejería de Salud y Familias, así como con el titular de la misma, D. Jesús Aguirre. En todas estas reuniones hemos argumentado con evidencia científica la necesidad de la creación de la categoría profesional debido a la disminución del gasto sanitario que supone y el aumento de la calidad de vida de los pacientes.

¿Qué proyectos futuros tiene el Colegio?

 Desde CODINAN vamos a seguir luchando por este necesario objetivo: la categoría profesional de dietista-nutricionista en el Servicio Andaluz de Salud. De igual forma, seguiremos prestando los servicios a nuestros colegiados, así como luchando de forma intensa contra el intrusismo profesional. Al mismo tiempo, y si la situación sanitaria lo permite, en noviembre tendremos una nueva edición de forma presencial de las Jornadas que CODINAN celebra anualmente.

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