La enfermera de farmacia hospitalaria es un perfil profesional de elevado valor para el sistema de salud. Una figura integrada dentro del entorno hospitalario que desarrolla actividades dinámicas, entretenidas y de vital importancia.
Su trabajo es crítico ya que se encarga de asegurar que los pacientes reciban los medicamentos correctos, en las dosis correctas y en el momento correcto. Esto es especialmente importante en un entorno hospitalario, donde los usuarios pueden tener condiciones de salud complejas y estar recibiendo varios medicamentos al mismo tiempo.
Entre sus funciones más destacadas, se encuentra la elección, preparación, almacenaje, combinación y dispensación de medicamentos y productos sanitarios antineoplasicos, así como una importante estrategia de concienciación ciudadana sobre el uso seguro, efectivo y eficiente de los mismos. En definitiva, las enfermeras velan por la seguridad y bienestar del paciente, con el objetivo de que la medicación se adecúe siempre a cada usuario.
Conociendo la farmacia hospitalaria
Anselmo J. Montes es enfermero colegiado de Málaga. Este sanitario, enfermero por vocación, se graduó por la Universidad de las Islas Baleares, obteniendo posteriormente el Máster Universitario de Investigación en Salud y Calidad de Vida, Experto Universitario en Gestión de Servicios Sanitarios, además del Máster Universitario en Liderazgo y Gestión de Servicios de Salud.
Montes trabajó en varios hospitales y centros de salud antes de unirse a la Unidad de Farmacia Hospitalaria del Hospital Regional de Málaga. Durante su carrera, ha adquirido gran experiencia en el ámbito de los cuidados, la humanización, la educación para la salud y la seguridad del paciente. Actualmente, desempeña su labor como Supervisor en la Unidad de Farmacia de este centro hospitalario.
“Nuestro servicio, formado por técnicos, profesionales de la Farmacia y de la Enfermería, se encarga del desarrollo de todas las actividades que redundan en la mejora del conocimiento, utilización, control, seguridad y eficacia en el uso del medicamento. Entre otras funciones, trabajamos en la selección de medicamentos antineoplásicos según criterios de calidad y eficacia, aseguramos unas óptimas condiciones de conservación y las garantías de existencias de estos, elaboramos fórmulas magistrales o mezclas estériles y desarrollamos importantes labores de fármaco-vigilancia” explica el colegiado.
Una labor que, como destaca Anselmo, requiere de una gran coordinación y trabajo en equipo para garantizar una atención de calidad. “Los farmacéuticos, técnicos, enfermeras y celadores tenemos roles diferentes, aunque complementarios, y la capacidad de trabajar juntos es lo que marca la diferencia en la seguridad del paciente y la eficacia del tratamiento”.
Un día de trabajo
Un día de trabajo para una enfermera de farmacia hospitalaria es muy ocupado y requiere un alto nivel de responsabilidad y atención a los pequeños detalles, asumiendo una labor fundamental en la promoción del bienestar y la seguridad del paciente dentro del entorno hospitalario. La jornada comienza bien temprano. El profesional se reúne con su equipo y revisa el plan de tratamiento de los pacientes para el día.
Después de la reunión, el enfermero se dirige a la farmacia del hospital para preparar y dispensar los medicamentos antineoplásicos necesarios para los pacientes, además de las nutriciones y fórmulas magistrales estériles.
“Una vez que los medicamentos están preparados, son enviados a sus correspondientes unidades para que sean administrados por su enfermera de referencia y monitorear el estado de salud de los pacientes. Esto incluye asegurarse de que los pacientes estén recibiendo los medicamentos correctos, en las dosis correctas, por la vía correcta y en el momento correcto” explica Anselmo.
Como reseña el profesional, “la farmacia hospitalaria ha evolucionado en los últimos años delimitando ciertas labores entre la Enfermería y los técnicos de farmacia. Normalmente, el equipo de trabajo se divide entre campana vertical de realización de citostáticos y la campana horizontal para la nutrición artificial y medicamentos estériles. Elaboramos fármacos antineoplásicos y peligrosos, con el consecuente riesgo que conlleva para el personal que lo prepara y administra; preparamos medicamentos y fórmulas magistrales estériles que por sus características deben ser preparadas de manera individualizada para su administración y también abordamos la nutrición artificial en pacientes pediátricos y adultos; siguiendo siempre las pautas de endocrinos y farmacéuticos”.
Y, por si fuera poco, la Enfermería de Farmacia Hospitalaria también se dedica a investigar y mejorar los sistemas de trabajo y elaboración empleando las nuevas tecnologías para la trazabilidad de los tratamientos, para la interceptación de errores y para crear estadísticas que puedan garantizar la mejora de la calidad asistencial de nuestros pacientes favoreciendo en todo momento la seguridad de los mismos.
La seguridad del paciente: prioridad
La intervención del enfermero de farmacia hospitalaria es fundamental para garantizar la seguridad del paciente dentro del entorno hospitalario. Estos profesionales sanitarios tienen un conocimiento especializado y están capacitados para administrar medicamentos de manera segura y efectiva.
Además, este perfil profesional se encuentra altamente capacitado para detectar y prevenir posibles errores en la medicación, lo que ayuda a reducir el riesgo de eventos adversos y reacciones adversas a los medicamentos. “Desarrollamos una importante estrategia de educación al paciente para que puedan conocer sobre la medicación que se les va a administrar, sus efectos secundarios, así como cómo deben tomarlos y almacenarlos.
Una intervención que permite garantizar la continuidad y calidad asistencial, ya que como recuerda Anselmo, “nos encontramos en constante actualización formativa, algo indispensable para la Enfermería de Farmacia Hospitalaria”.
Sin embargo, recuerda, “todos los profesionales de la farmacia hospitalaria deberíamos avanzar hacia nuestro propio desarrollo competencial, dando a conocer de una manera más explícita nuestra labor, profesionalizando el trabajo, mejorando la dispensación y elaboración, así como reforzando el control de la bioseguridad de los medicamentos y tratamientos elaborados desde la farmacia”.
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