La enfermera especialista en Urología cumple un papel fundamental en el seguimiento y abordaje de los pacientes urológicos, siendo pieza clave para la seguridad, calidad asistencial y acompañamiento de pacientes. Juan Antonio Cuenca, es profesional de Enfermería y colegiado de Málaga que, desde hace 25 años, trabaja acompañando a los pacientes urológicos, armonizando la relación con ellos y formando parte de un equipo multidisciplinar indispensable para la óptima atención de los usuarios.

“He desarrollado mi profesión durante los primeros años en varias unidades del Hospital Regional de Málaga; y desde el año 1998 ejerzo mi labor de enfermero en la Unidad de Urología del Hospital Civil, cumpliendo un total de quince años en Hospitalización, cinco años como Supervisor de Enfermería, y los cuatro últimos años en Endourología donde realizamos una amplia variedad de pruebas diagnósticas y actividades asistenciales” explica el enfermero.

Este profesional de enfermería asegura que, desde el principio, se sintió atraído por el simple hecho de cuidar al paciente, de acompañarlo y hacer su estancia lo más llevadera posible, proporcionándole los cuidados necesarios para su pronta recuperación y fomentando el autocuidado. “La enfermería es una profesión tan bonita como vocacional, en la que siempre estás aprendiendo de los demás, cuidando y prestando atención al feedback del usuario y a su entorno” añade.

Funciones

La enfermera experta en urología realiza tareas muy variadas, en función del puesto en el que se encuentre, desarrollando labores técnicas, profesionalizadas y específicas, propias del paciente urológico. “Abordamos la asistencia integral al paciente, las pruebas diagnósticas, la importante estrategia de educación, promoción, mantenimiento y protección de la salud, prevención de enfermedades y complicaciones, acompañamiento, seguimiento, vigilancia… es nuestro compromiso cumplir nuestra labor de forma multidisciplinar” comenta Juan Antonio, enfermero especialista en Urología.

Por su parte, los cuidados al paciente durante la hospitalización conforman una función básica de la enfermera. “En este contexto resulta esencial la comunicación, coordinación y trabajo interdisciplinar, tanto con los técnicos en Cuidados de Enfermería como con los propios facultativos, implementando planes de cuidados que permitan unificar los criterios de actuación”.

En añadido, las enfermeras lideran las pruebas diagnósticas e intervenciones asistenciales, el manejo del paciente con vejiga neurógena, con incontinencia urinaria o disfunción eréctil. “Un plano donde destaca la atención de la Enfermera de Práctica Avanzada a las personas con ostomías” expresa.

De otro lado, la prescripción enfermera resulta esencial “ya que nos posibilita indicar y prescribir productos sanitarios específicos para el paciente urológico como sondas vesicales, dispositivos para la ostomía, absorbentes para la incontinencia. “Algo que no debemos olvidar nunca es la educación para la salud, donde la enfermera apoya emocional y psicológicamente tanto al usuario como a su entorno.

Formación

Los pacientes con problemas urológicos tienen una elevada carga de dependencia y afectación sobre su calidad de vida. Esto provoca que la enfermera urológica precisa de formación específica para desarrollar su trabajo en esta unidad, en la práctica clínica diaria. “Nuestro objetivo es asegurar la calidad de la atención especializada, para lo que es necesario, en este caso, conocer aspectos tan relevantes como la anatomía del aparato urológico, la fisiología, los tratamientos más adecuados, planes de cuidados y protocolos para proceder, material o herramientas para abordaje de los principales problemas urológicos…” explica.

Además, la profesión recuerda la necesidad de avanzar en la investigación para seguir adquiriendo competencias teóricas y prácticas, en beneficio del bienestar del paciente. “Investigar es sinónimo de avanzar en el desarrollo de terapias, prevención de enfermedades, tratamientos innovadores…  si no investigamos, es imposible saber dónde poner el foco, qué recursos necesitamos y aquellas estrategias más efectivas para mejorar nuestro sistema de salud” explica José Miguel Carrasco, presidente del Colegio Oficial de Enfermería de Málaga.

Educación para la salud

La Educación para la Salud representa un papel esencial para enfermería en todas las áreas de esta unidad. Desde las consultas, sala de curas, sala de exploraciones, hospitalización, quirófano… “Todos los protocolos incluyen recomendaciones de cuidados para el paciente urológico, como por ejemplo consejos tras una biopsia de próstata, recomendaciones para el paciente con autocateterismo o pacientes que se sometes al tratamiento de litiasis mediante ondas de choque, instrucciones para la autoinyección intracavernosa de Alprostadilo, recomendaciones para pacientes oncológicos con terapia intravesical e incluso los necesarios consejos al alta hospitalaria de paciente portador de sonda vesical o de urostomía” describe.

Al final, como comenta Juan Antonio, “el paciente nos considera su enfermero referente y su apoyo más cercano al que dirigir cualquier tipo de duda o preocupación. El equipo que actualmente conforma la Unidad de Hospitalización y de quirófano del Hospital Civil de Málaga, Pepi Guerra, Alejandra Mera, Isabel Jiménez, Begoña Fernández… son ejemplo de gran profesionalidad y humanidad”

Incontinencia urinaria

La incontinencia urinaria tiene una prevalencia del 24% en mujeres y del 15.9% en hombres, aumentando con la edad al 50% y 29% respectivamente, incidiendo negativamente en la calidad de vida de la persona y generando gran impacto social y económico.               

“El papel de la enfermera urológica es clave para la detección precoz, diagnóstico y tratamiento de los pacientes con esta problemática” resalta el colegiado. “Para ello, debe poseer valores como la cercania estar bien formada y adiestrada para ayudar a estas personas La cercanía y contacto con el paciente que tiene nuestra compañera en su consulta de enfermería hacen que aborde mejor todos los aspectos psíquicos y físicos que tiene la incontinencia en su vida diaria.  

El manejo y tratamiento de la incontinencia urinaria por parte de enfermería comienza con una valoración exhaustiva de los problemas del paciente, desarrollando después un plan de cuidados específico para cada paciente. “Ayudamos con nuestra escucha activa a que el paciente verbalice sus miedos y preocupaciones, recupere la autoestima y fomente su autocuidado” comenta el enfermero.

Desarrollo

Sin embargo, a pesar de su fuerte influencia en la calidad de vida del paciente, esta figura no se encuentra plenamente desarrollada en nuestro sistema necesario y es preciso fomentar esta especialización “para mejorar la salud de los ciudadanos, incorporando competencias específicas que repercutan en un mayor nivel de calidad de vida, independencia y autonomía”.

Por ello, desde el Colegio, instamos a las administraciones a consolidar esta figura para contribuir a mejorar nuestro sistema sanitario y ofrecer una atención óptima y competente ante las nuevas exigencias y demandas de salud de la población. “Nos encontramos ante una población cada vez más envejecida donde la Enfermería urológica cumple un papel fundamental en la promoción del autocuidado y el fomento de salud” ha concluido el presidente.

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