A raíz del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, nos sumergimos en una conversación con Dolores Gómez García, enfermera especialista en salud mental que trabaja dentro del Programa de Suicidio del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga. Descubrimos el papel crucial que desempeña esta figura en el cuidado emocional, la prevención de la depresión y la construcción de una sociedad física y emocionalmente más saludable.
En el marco del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, desde el Colegio de Enfermería de Málaga quieren resaltar el papel indispensable de las enfermeras especialistas en salud mental en el cuidado emocional y la prevención de la depresión.
La salud mental es un componente esencial del bienestar general y, en muchos casos, puede pasar desapercibida en la necesidad de recibir atención sanitaria. Sin embargo, con la creciente conciencia de la prevalencia de trastornos mentales, es necesario reconocer la importancia de abordar estos problemas desde una perspectiva integral de salud.
Precisamente las enfermeras especialistas en salud mental desempeñan un rol crucial en este escenario, al encontrarse más que capacitadas para comprender y abordar las complejidades de la salud mental. Así, su enfoque holístico permite no solo tratar los síntomas, sino también comprender las causas subyacentes y trabajar en la prevención a través de una importante intervención comunitaria.
Estas profesionales son expertas en proporcionar apoyo emocional, orientación y recursos a quienes enfrentan desafíos en su salud mental. Además, desempeñan un papel clave en la identificación temprana de signos de depresión y otros trastornos. Hoy, nos sumergimos en la experiencia de Dolores Gómez García, enfermera especialista en salud mental y miembro del equipo de Programa de Suicidio del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga. Graduada en Enfermería por la Universidad de Málaga en 2002, confiesa su fuerte impulso vocacional hacia la Enfermería. “Desde siempre, he mantenido una clara convicción de dedicar mi vida a una profesión vinculada con la salud y el cuidado, a pesar de que en mi entorno familiar predominan las trayectorias dedicadas a la docencia”, comparte la colegiada.
En 2005, tres años después de graduarse, Dolores decidió realizar la especialidad para avanzar en su carrera profesional. “En ese periodo, solamente se ofrecían dos especialidades: Enfermería Obstétrico-Ginecológica y Enfermería de Salud Mental. A escasos meses de realizar el EIR, tuve la oportunidad de firmar un contrato en la unidad de pacientes agudos de salud mental del Hospital Universitario Virgen de la Victoria. Este marcó mi primer acercamiento al ámbito de la salud mental, una experiencia que perdura hasta el día de hoy”, narra Gómez García.
Enfoque integral de la salud mental: perspectiva de Enfermería
La atención a la salud mental desde la Enfermería se materializa a nivel comunitario mediante un trabajo multidisciplinario esencial con el paciente. Como la figura sanitaria más próxima al paciente y su familia, las enfermeras especialistas en salud mental desempeñan un papel crucial en este ámbito. “Intervenimos con un enfoque individual y holístico, considerando no solo las características clínicas del paciente, sino también su entorno social, sus preferencias personales y su historia de vida. A través de un abordaje integral, nos enfocamos en promover la salud y brindar psicoeducación para cultivar hábitos de comportamiento, haciendo hincapié en el equilibrio emocional”, explica Dolores Gómez García.
Dentro del Programa de Prevención de Suicidio, Dolores colabora activamente con los psiquiatras, especialmente en situaciones de urgencia, para detectar a los pacientes y coordinar entrevistas y consultas. Después de esta fase inicial, mediante un sistema informático, la enfermera se encarga de establecer contacto con los psiquiatras de las Unidades de Salud Mental Comunitarias, asegurando así la continuidad asistencial y el seguimiento del paciente.
Un campo en el que la colegiada malagueña destaca que todavía queda mucho trabajo por hacer. “Otra parte fundamental de nuestra labor es llevar a cabo investigaciones y análisis estadísticos en colaboración con otros profesionales de la salud mental en la provincia. En los últimos dos años, hemos identificado casos de personas que lamentablemente han experimentado más de un intento suicida pero aún no han tenido contacto con profesionales de la comunidad. Es crucial avanzar en la detección y prevención para que estas personas no queden fuera de la red de salud mental y reciban la ayuda y las herramientas necesarias”, enfatiza la enfermera.
La prevención más efectiva: intervención comunitaria
Desde el Programa de Prevención de Suicidio, la enfermera destaca la importancia de hacer efectiva la prevención, centrando sus esfuerzos en identificar a personas en riesgo de conducta suicida. En la mayoría de los casos, este primer contacto con los servicios sanitarios ocurre en urgencias, después de un intento inicial. La enfermera especialista, en este contexto, asume la tarea fundamental de detectar a estas personas, proporcionarles apoyo y asegurar un seguimiento adecuado dentro del ámbito de la salud mental.
Esta intervención no solo beneficia al paciente directamente afectado, sino que también influye en el bienestar del contexto familiar. La enfermera juega un papel crucial al brindar orientación y consejos a la familia y al paciente en el momento del alta, ya que en estos casos no suelen permanecer hospitalizados, sino que reciben un seguimiento ambulatorio. Este aspecto es esencial, ya que se proporcionan herramientas para abordar una realidad en la que persiste la falta de conocimiento, empatía y la presencia de mitos sobre la salud mental. “Es crucial destacar que la familia a veces subestima el estado del paciente, sugiriendo que tal vez sea una llamada de atención. Sin embargo, no debemos perder de vista que el suicidio es una forma muy perjudicial de comunicación para el propio paciente”, enfatiza la enfermera.
La solución a este problema radica en fomentar la educación y la conciencia sobre la salud mental. “Trabajamos incansablemente para apoyar tanto a los pacientes como a sus familias. Nos esforzamos por sensibilizar sobre la enfermedad y combatir el estigma, recordando a la persona afectada que no debería ser algo negativo que la diferencie o limite”, destaca la especialista.
Además, se llevan a cabo importantes intervenciones comunitarias, incluyendo programas educativos, promoción de entornos de trabajo saludables, campañas de sensibilización y eventos de concienciación. “Un ejemplo destacado es la colaboración de Enfermería con profesionales de la salud en entornos escolares, donde las enfermeras asumen la responsabilidad de concienciar a la comunidad educativa y enseñarles a prevenir riesgos o detectar señales de alarma”.
Desafíos de la salud mental en pleno S. XXI
A pesar de los avances, la salud mental enfrenta desafíos significativos en pleno siglo XXI. La enfermera destaca que “la estigmatización persiste como un problema en el ámbito de los trastornos emocionales, lo cual dificulta que las personas busquen ayuda o accedan a terapias efectivas. Además, nos encontramos con una marcada falta de educación y conciencia sobre la salud mental, lo que contribuye a la falta de empatía hacia estos problemas”.
Desde el Programa de Prevención de Suicidio del hospital, han observado un incremento de trastornos mentales en jóvenes. “En los últimos años, es cada vez más frecuente identificar a pacientes jóvenes que sufren de ansiedad y depresión. Esto, en muchas ocasiones, está relacionado con una sociedad cada vez más exigente, donde las redes sociales ejercen una presión considerable al imponer estereotipos que afectan negativamente la salud mental. Se crea un entorno de competitividad y rendimiento, donde la comparación ya no se limita a los compañeros de clase, sino que se extiende a estereotipos idealizados de Instagram. Puede parecer un tema trivial, pero es una realidad palpable en nuestros tiempos”, advierte Dolores.
Consejos para afrontar las dificultades emocionales
En situaciones límite, muchas personas acuden a urgencias tras resistirse continuamente a buscar o solicitar ayuda. En este contexto, la enfermera comparte un mensaje cercano a quienes enfrentan dificultades emocionales: “Es fundamental reconocer nuestros sentimientos, otorgarles su espacio y no pasar por alto nuestras emociones. A menudo, nos resulta complejo aceptar que estamos atravesando un momento difícil. También es crucial no sentir vergüenza por enfrentar estas dificultades emocionales, ya que buscar ayuda es siempre un signo de fortaleza, nunca de debilidad”.
Dolores enfatiza que los profesionales de la salud están disponibles para brindar apoyo a quienes lo necesitan. “Los especialistas en salud mental estamos aquí para acompañar y respaldar. Siempre subrayamos la importancia de hablar con alguien de nuestro círculo cercano para expresar cómo nos sentimos y aliviar esa carga emocional. De hecho, muchas veces este acto constituye el primer paso para mejorar nuestra situación. Pero si se sienten solos o solas, siempre podrán contar con nosotros”, asegura la enfermera.
Una mirada al futuro de la Enfermería en salud mental
Por último, en el marco del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, es importante destacar que la Enfermería de salud mental en Andalucía se encuentra actualmente en un estado de estancamiento preocupante. Según expone Dolores, “aunque es cierto que hubo un tiempo en el que esta especialidad fue muy valorada y se incorporaron enfermeras especialistas en todos los equipos; desde la creación de la categoría, algo a priori positivo para la profesión, no se ha llevado a cabo la ejecución necesaria desde antes de la pandemia. Esto significa que, en los servicios de salud mental de atención hospitalaria, no se garantiza la presencia de figuras especializadas. Es imperativo desbloquear esta situación y dotar a las infraestructuras hospitalarias de enfermeras especialistas en salud mental, dado que cada año se forman nuevos profesionales en esta especialidad y realizan sus rotaciones. Resulta incomprensible que un plan previamente establecido lleve años sin implementarse, lo cual implica una subestimación de la especialidad por parte de las administraciones, afectando en última instancia a la calidad asistencial y a la continuidad en la atención sanitaria que ofrecemos a nuestros pacientes”.
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