• Los profesionales sanitarios del pie recomiendan emplear calzado abierto, pero adaptado a cada actividad, como los escarpines o sandalias que sujeten el pie y el tobillo.
  • Insisten en la importancia de utilizar crema solar para proteger los pies de quemaduras, reacciones alérgicas o queratosis actínica, una lesión precancerosa.
  • Desaconsejan las largas caminatas en la playa por riesgo de torceduras, esguinces o lesiones musculares debido a la falta de soporte y estabilidad de la arena mojada

Con la llegada del verano y el incremento de las temperaturas, el Ilustre Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía (COPOAN) advierte que el abuso de la utilización de chanclas en verano puede producir fascitis plantar, es decir, inflamación en el tejido interno que tapiza la musculatura de la planta del pie y que produce un intenso dolor en el talón al caminar o estar de pie. Se trata de una lesión incómoda y dolorosa, que puede agravarse si el uso de este tipo de calzado se prolonga en el tiempo, afectando también a la alineación corporal y el bienestar general de las personas.


El organismo colegial, en este sentido, recomienda el empleo de calzado abierto, pero adecuado para cada actividad. Según explica Rosario Correa, presidenta del COPOAN, “las chanclas deben emplearse de forma puntual. Se deben utilizar en piscinas para reducir el riesgo de resbalones y la infección por Papiloma (verruga plantar), una patología muy contagiosa y molesta. Asimismo, su uso en la playa sirve para proteger los pies de posibles quemaduras por la arena caliente y de punciones o heridas, pero no deben utilizarse para realizar largas caminatas”.

Riesgos del verano para los pies

Los podólogos andaluces informan, además, de que el verano trae consigo otras amenazas para los pies, como las ampollas, hongos, quemaduras, dermatitis, reacciones alérgicas y la queratosis actínica (lesión precancerosa). Por este motivo, este colegio profesional aclara que la mejor manera de preparar los pies para el verano es emplear un calzado fresco y transpirable, crema solar y mantenerlos bien hidratados, por ejemplo, con crema de urea. “Los zapatos abiertos, siempre y cuando tengan una suela sólida, flexible y sujeten bien el pie, son beneficiosos porque favorecen la circulación, descongestionan los pies y evitan una sudoración excesiva”, explica Correa. El sudor es otro factor que puede afectar a la salud podal, dado que la humedad y el calor crean un ambiente propicio para el crecimiento de hongos y bacterias. Éstos conllevan mal olor e infecciones fúngicas, que requieren un tratamiento especializado.
Además, los profesionales sanitarios del pie recomiendan prestar especial atención a las personas diabéticas en esta época del año, dado que la proliferación de microbios se incrementa exponencialmente y existe una mayor probabilidad de infecciones severas, especialmente de aquellas personas que padecen neuropatía diabética y úlceras.

La importancia de la prevención

Como medida preventiva, el Ilustre Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía aconseja acudir a la consulta de Podología durante las fechas previas al cambio de calzado para recibir asesoramiento sobre el más adecuado según el tipo de pie. Asimismo, el podólogo puede prescribir recetas en caso de detectar alguna patología que la requiera o pautar plantillas que se ajusten a las necesidades biomecánicas del pie.
Por otro lado, los podólogos andaluces recomiendan mantener una buena higiene podal: lavar los pies todos los días, poniendo especial cuidado en las zonas entre los dedos y bajo las uñas, para que no se acumule la suciedad que auspicia la presencia de microbios y hongos. “Hay que distinguir entre humedad e hidratación. La humedad se produce por el sudor o por mantener los pies mojados durante un tiempo excesivo y es vector de patologías, mientras que la hidratación se realiza con cremas que ‘alimentan’ la piel y la mantienen sana”, puntualiza Rosario Correa.
Otra consulta habitual que suelen recibir los podólogos es si es positivo andar descalzo. Desde el COPOAN, confirman que, en el caso de los niños de corta edad, andar descalzos por entornos naturales con césped o el suelo de una vivienda, siempre que sea seguro, favorece su desarrollo psicomotriz. No obstante, añaden que las largas caminatas, especialmente por la playa, están desaconsejadas debido a que se incrementa el riesgo de torceduras, esguinces o lesiones musculares a causa de la falta de soporte y estabilidad de la arena mojada. En lugar de caminar descalzo en la playa, se recomienda el uso de un calzado adecuado, como escarpines o zapatos cómodos que brinden protección y soporte.
Una recomendación adicional de los Podólogos de Andalucía es aprovechar las vacaciones para elevar las piernas e incrementar el tiempo de reposo, ya que alivia el estrés y la fatiga, ayuda a reducir la inflación y a mejorar la circulación sanguínea. Además, promueve la reparación y regeneración de los tejidos.
Además de para someterse a revisiones periódicas rutinarias, el Ilustre Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía recomienda visitar un establecimiento sanitario de Podología para una correcta valoración, diagnóstico y tratamiento en caso de experimentar dolor persistente, lesiones o cualquier problema en los pies.

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