La atención sanitaria no solo se basa en tratar enfermedades, sino en cuidar de las personas de forma integral. Así lo defiende Juan Miguel Izquierdo, enfermero gestor de casos en el Centro de Salud de Alhaurín el Grande, quien ha dedicado gran parte de su carrera a integrar la dimensión espiritual en la práctica enfermera. En esta entrevista, Juan Miguel nos cuenta su trayectoria, la importancia de la espiritualidad en los cuidados y los desafíos de este enfoque dentro del sistema sanitario actual.

El ámbito de la enfermería está en constante evolución, y cada vez se abren paso nuevas formas de abordar el cuidado de las personas. Una de ellas es la integración de la espiritualidad en los cuidados de enfermería, un aspecto que, según el enfermero gestor de casos Juan Miguel Izquierdo, es esencial para ofrecer una atención completa y humana. Desde su experiencia en el Centro de Salud de Alhaurín el Grande, Juan Miguel ha desarrollado una metodología que aplica el proceso enfermero para abordar la dimensión espiritual de los pacientes, especialmente en los cuidados paliativos.

Para comprender mejor esta perspectiva, le hemos realizado una entrevista en la que nos comparte su trayectoria profesional, los motivos que lo llevaron a centrar su atención en la espiritualidad y su visión sobre el impacto de este enfoque en los pacientes y en la práctica diaria de la enfermería.

Pregunta: Juan Miguel, cuéntanos un poco sobre tu trayectoria. ¿Dónde trabajas actualmente y a qué te dedicas?

Toda mi ya larga trayectoria de trabajo se ha desarrollado en Atención Primaria, y prácticamente en un mismo lugar: el centro de salud de Alhaurín el Grande, donde primero ejercí de enfermero de familia y después de Enfermero Gestor de Casos, puesto que desempeño en la actualidad

Pregunta: ¿Qué te llevó a centrarte en la espiritualidad como parte de la práctica enfermera? ¿Hubo alguna experiencia personal o profesional que despertó este interés?

Como casi todo en la vida no existe un único motivo.

Por un lado, mi acercamiento a este tema ha sido motivado por la experiencia de trabajar a pie de cama con el paciente paliativo y constatar que, a pesar de un inmejorable tratamiento, había cosas que se escapaban, cosas muy importantes que no podíamos tratar con fármacos. Abierto el apetito busqué fuentes y formación en lugares como ha podido ser la fundación Cudeca o la asociación Sacpa

Y por último pertenecer a un grupo de fantásticos profesionales que durante años están tratando de profundizar sobre la humanización en la Gestión de Casos

Pregunta: ¿Cómo defines la espiritualidad en el contexto de la enfermería?

Hay muchas definiciones de espiritualidad. A mí me gusta una especialmente por su simpleza: “es un anhelo de plenitud, a través de un estado de conexión con uno mismo, los demás, y lo significativo o sagrado”

Pregunta: ¿Por qué consideras que la esfera espiritual, a diferencia de la física o social, no se trabaja tanto en los cuidados enfermeros actuales?

Creo que coexisten varios motivos. El primero sería el paradigma biomédico que se nos mete a sangre y fuego durante nuestra formación, donde lo importante son las enfermedades y las pastillas, y no las personas. Ese paradigma es extensible a nuestro modelo de trabajo.

Luego el vértigo diario y sus prisas. La dictadura de lo urgente que nos hace olvidar lo importante.

Pregunta: Has mencionado que utilizas la metodología del proceso enfermero para abordar la espiritualidad del paciente. ¿Podrías explicarnos cómo integras las etapas de valoración, diagnóstico, objetivos e intervención en este enfoque?

La idea sería: ¿Porque no usamos algo que resulte muy fácil entender a las enfermeras para facilitar el trabajo en esta dimensión?

Ese algo es el proceso enfermero, la manera estandarizada de enfrentarnos a los problemas propios de nuestra profesión. Todas las enfermeras tienen interiorizado esta metodología y sus distintas fases. Usémosla para trabajar la dimensión espiritual. Esa es la premisa del trabajo desarrollado: Una guía de como valorar, diagnosticar y actuar en este contexto

Pregunta: ¿Qué herramientas o técnicas utilizas para valorar las necesidades espirituales de los pacientes?

La herramienta usada es el propio proceso enfermero, con todas y cada una de sus fases. También nos apoyamos en el uso de cuestionarios validados como el GES y FICA para ayudarnos en la valoración

Pregunta: ¿Qué beneficios has observado en los pacientes al incluir la dimensión espiritual en los cuidados?

Cuando el paciente puede expresar su sufrimiento, su caos interno, sus dudas; se abre un camino donde solo nos queda acompañarlo, caminar con él, a su ritmo mientras vamos dejando atrás lo superficial y nos acercamos a la trascendencia.

En este momento la persona acepta su realidad y habitualmente aparece un estado de paz interior y aceptación.

Dicho así podría parecer algo fácil. No lo es. Por eso una mano que nos acompañe en este recorrido tiene tanto sentido

Pregunta: ¿Podrías compartirnos algún caso o experiencia que haya sido especialmente significativo para ti?

Cada paciente es único y especial. Carmen (voy a usar nombres ficticios) era una joven vital y con mucho carácter, Luisa que amaba sus caballos, José un hombre sabio, con la sabiduría que solo da el campo, María que estaba cansada y se quería ir, o Teresa que no quería hacerlo y estaba enfadada con todos y con todo. Cada uno especial y único

Pregunta: Hablas de que este proyecto busca humanizar aún más los cuidados de enfermería. Desde tu perspectiva, ¿cómo influye la espiritualidad en la conexión entre el profesional sanitario y el paciente?

Es un camino compartido, en el profesional acompaña, pero de alguna manera también cambia, crece y nutre su propia espiritualidad. Es también un camino donde el profesional se fortalece de las cosas bien hechas

Pregunta: ¿Cuáles han sido los principales desafíos que has enfrentado al implementar este proyecto? ¿Crees que existe alguna resistencia dentro del sistema sanitario o entre los profesionales hacia este enfoque?

Cuando hemos presentado la idea en el grupo de Gestión de Casos, en el congreso de ASANEC y en un puñado de centros de salud, la respuesta ha sido muy cariñosa, pero esto no evita ver la dificultad a la que os enfrentamos: trabajamos en una realidad donde el modelo imperante y omnipresente no valorara esta necesidad

Pregunta: ¿Consideras que los enfermeros cuentan con la formación adecuada para abordar la espiritualidad de los pacientes?

Aquí mi respuesta será corta y clara: No. Ni durante la carrera, ni posteriormente ya trabajando

Pregunta: ¿Qué pasos crees que deberían darse para integrar este aspecto en la formación y la práctica diaria de la enfermería?

El uso del proceso enfermero aplicado a esta necesidad es precisamente una magnifica primera respuesta. Hacer fácil lo importante

Pregunta: ¿Cuál es tu visión a largo plazo para este proyecto? ¿Qué te gustaría lograr en el ámbito de la enfermería en relación con la espiritualidad?

La idea de aprovechar el proceso enfermero para facilitar el trabajo con las necesidades espirituales es un primer paso.

Quiero señalar la importancia de la valoración, la primera fase y clave de todo el proceso. Si las enfermeras solo con un par de preguntas fáciles fuéramos capaces de abrir esta puerta, lo demás sería más fácil. Si no preguntas no existen. Si preguntas algún día encontraras alguna respuesta y este traerá de la mano los cuidados

Me gustaría que integráramos en nuestra valoración este ámbito. Sería un gran primer paso

Pregunta: ¿Qué mensaje le darías a otros enfermeros que están interesados en explorar la espiritualidad como parte de sus cuidados?

Que es mucho más fácil de lo parece. Al abrir los ojos a esta necesidad encontraremos que muchas de las cosas que ya hacemos: escuchar en silencio, mirar, sujetar una mano, estar, preguntar a las personas por su vida y su sufrimiento, son cuidados enfermeros tan importantes como administrar una medicación (y posiblemente más)

Que merece la pena porque sus pacientes y ellos mismos se sentirán más plenos y satisfechos.

Que las fuentes están ahí, al alcance de la mano, por ejemplo, las publicaciones de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal). Y que si alguien desea un primer paso nos encantaría ayudarle.

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