En el dinámico campo de la enfermería, la vocación y el compromiso con la atención integral son la base fundamental para impulsar avances significativos. Francisco Caño Ruiz, enfermero malagueño, ha llevado estos valores al siguiente nivel al recibir el primer premio en el programa DKV Emprende. Su proyecto, titulado «DKV 360 pensando en las personas», no solo transforma el panorama de la atención sanitaria y los cuidados, sino que también refleja una vida dedicada a comprender las necesidades de las personas dependientes.

El programa DKV Emprende, por su parte, se consolida como una iniciativa que fomenta el intraemprendimiento, brindando una plataforma única para mentes creativas con visión y empatía, como la de Francisco. Un enfoque que, gracias a su dedicación y esfuerzo, ha permitido abordar la necesidad imperante de proporcionar una atención más integral y personalizada a este grupo de pacientes; marcando el inicio de una travesía que hoy celebra un reconocimiento muy merecido.

La trayectoria profesional de Francisco Caño

La trayectoria profesional de Francisco Caño comienza desde temprana edad, con un gran interés por el ámbito sanitario. «A pesar de mis dudas iniciales entre elegir Enfermería o Medicina, mi camino me condujo inicialmente a formarme como auxiliar de clínica y, posteriormente, a especializarme como técnico especialista en laboratorio», relata el colegiado malagueño. Su perseverancia fue el motor que finalmente le permitió graduarse en Enfermería en 1994, marcando así el inicio de una trayectoria repleta de dedicación y versatilidad.

Desde 1994 hasta 1999, Francisco desempeñó su labor como enfermero en el Sistema Andaluz de Salud, acumulando una valiosa experiencia en la atención hospitalaria. A pesar de su exitoso desempeño en este ámbito, su inquietud por abordar aspectos no contemplados en su profesión lo llevó a explorar otras industrias. Durante este periodo, tuvo la oportunidad de trabajar en una multinacional sueca líder en equipamiento sanitario, cuya filosofía se centraba en potenciar la independencia de las personas dependientes. «Adoptar el equipamiento sanitario como medio para potenciar la independencia de las personas dependientes era la filosofía fundamental de esa empresa, la cual nos aventajaba en años en términos de vanguardia y accesibilidad. Esta vivencia representó un punto de inflexión en mi trayectoria profesional. La inmersión en las vulnerabilidades, necesidades y desafíos de las personas dependientes me brindó una perspectiva singular dentro del sistema de salud», expone Caño Ruiz.

Posteriormente, una nueva oportunidad profesional le llevó a explorar la industria de los contrastes radiológicos con una multinacional francesa antes de dar un giro hacia la creación de su propia empresa de equipamiento sanitario en 2003. «A lo largo de casi una década como responsable de distribución en España y Portugal, logré establecer y fortalecer una red de distribución de material sanitario a nivel nacional. Además, durante este periodo, desarrollé una comprensión profunda de las complejidades y debilidades del sistema de atención sanitaria, trabajando estrechamente con profesionales del sector», detalla Francisco Caño Ruiz.

El reencuentro con la vulnerabilidad

Sin embargo, la verdadera epifanía de Francisco ocurrió durante la pandemia, cuando fue llamado a trabajar como enfermero en una residencia de las Hermanitas de los Pobres en Málaga, un entorno especialmente vulnerable con personas altamente dependientes «Fue aquí donde sentí que, finalmente, estaba desplegando lo mejor de mis habilidades y amor: ayudar a los más vulnerables en un momento de extrema complejidad», confiesa el profesional. «Una vez incorporado a la residencia, nos sumergimos en el desarrollo de un protocolo anti-COVID y en la atención de las necesidades de salud más apremiantes de nuestros pacientes».

Esta llamada para abordar una necesidad crítica en esa residencia sin enfermeros marcó el inicio de una reflexión profunda sobre algunas deficiencias en la atención posthospitalaria, especialmente para aquellos sin un sistema de apoyo sólido. Así, años más tarde, nació la idea de «DKV 360 pensando en las personas».

DKV 360: un proyecto forjado en la pandemia

Después de su experiencia en el asilo, Francisco continúa prestando sus servicios en el Distrito de Atención Primaria Málaga Guadalhorce, donde, junto con la subdirección de Enfermería, coordina la histórica campaña de vacunación desarrollada durante la crisis sanitaria. «En ese tiempo, cuando la situación se estabilizó, decidí unirme a Ibermutua, Mutua de accidentes de trabajo y enfermedad profesional. Allí, gestioné bajas laborales, contingencias comunes y profesionales, hasta que me designaron responsable del paciente».

Para Francisco, la vida es un viaje y encuentra positividad en la diversidad del trabajo. «Si algo tengo claro, es que, para avanzar profesionalmente, debes aprender constantemente en periodos cortos de tiempo, lo cual también requiere una gran capacidad de adaptación. Fue mientras trabajaba en la mutua cuando surgió una oportunidad como inspector hospitalario con la compañía DKV, y fui seleccionado».

Una experiencia que para el colegiado viene siendo una auténtica suerte. «Me siento orgulloso de formar parte de una compañía como DKV, que apoya continuamente a los profesionales con iniciativas como DKV Emprende, un concurso de intraemprendimiento que convocan bianualmente y en el que invitan a todos los trabajadores de la compañía a presentar un proyecto», explica el enfermero.

En este contexto, emerge DKV 360, un proyecto visionario que propone una solución integral para pacientes dependientes desde el momento del ingreso hospitalario hasta el regreso al hogar. Francisco y su compañero Daniel, desde Málaga y Barcelona respectivamente, han liderado el diseño de un modelo que aborda tanto las necesidades físicas como emocionales de las personas dependientes. «Desde el principio, establecimos como requisito que este proyecto debía ser ejecutado exclusivamente por enfermeros, yo en Málaga y mi compañero en Barcelona. Normalmente, a través de la inspección hospitalaria, nuestro trabajo consiste en dar seguimiento al asegurado que ingresa, pero perdemos el control sobre él en el momento en que le dan el alta».

Éxito en DKV Emprende

La participación de Francisco en el programa DKV Emprende no solo fue estratégica, sino un reconocimiento merecido de su trayectoria y compromiso. Su propuesta destacó entre gran cantidad de proyectos por su enfoque en la continuidad asistencial liderada exclusivamente por enfermeros. Tanto es así que, durante la presentación final en septiembre, el jurado elogió unánimemente la innovación y viabilidad de DKV 360 pensando en las personas. Francisco comparte sus emociones en el momento del anuncio de los ganadores: «Cuando mencionaron el segundo proyecto y no nombraron el nuestro, pensé que no seríamos reconocidos. Resultó que éramos los primeros. Además, con la suerte de haber sido seleccionados por unanimidad, ya que valoraron positivamente que incorporamos ciertos parámetros que no chocaban con la filosofía de la compañía y que permitían mejorar la calidad de vida y la autonomía de las personas dependientes de manera relativamente fácil».

En esencia, «DKV 360» tiene como objetivo cubrir el periodo posthospitalario, adaptándose a las cambiantes necesidades de los pacientes, de manera accesible y económica para todos”. Un enfoque que no solo beneficia a las personas dependientes, sino que también alivia la carga de familiares y cuidadores. Como destaca el sanitario, «la tranquilidad de estar acompañados en momentos de vulnerabilidad, recibiendo apoyo para superar las necesidades que vayan surgiendo, combinada con tarifas preferenciales para asegurados de DKV, se traduce en una mejora significativa en la calidad de vida».

Por todo ello, Francisco Caño Ruiz no solo es un enfermero con una destacada trayectoria, sino también un profesional innovador que ha elevado la Enfermería a nuevos horizontes. «DKV 360 pensando en las personas» no es solo un proyecto; es la materialización de una vida dedicada a comprender y abordar las necesidades de los más vulnerables en la sociedad. Un proyecto que, según él mismo defiende, «promete no solo cambiar la forma en que abordamos la atención posthospitalaria, sino también inspirar futuras iniciativas que prioricen el bienestar integral de los pacientes».

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