“Comer para vivir y no al contrario” es el título de la conferencia que pronunció el presidente de UPROSAMA, Juan Antonio Astorga, el pasado miércoles 13 de enero en el Ateneo de Málaga ante un aforo que superaba el centenar de personas interesadas en la alimentación.

El evento fue organizado por la vocalía de Cultura Alimentaria y La Carta Malacitana, cuyo vicepresidente y director de la Escuela del Convento Santo Domingo de Archidona, Antonio Carrillo, se encargó de presentar al ponente con anécdotas desde su niñez que según indicó “representan el carácter inquieto, inteligente, familiar…que caracterizan a Juan Antonio”.

De esta forma se daba paso a la conferencia que se enmarca dentro de un ciclo de charlas sobre la alimentación y que tienen lugar cada segundo miércoles del mes en el Ateneo de Málaga para poner de relieve la importancia de lo que comemos y cómo afecta a nuestra salud en todas las etapas de la vida.

Astorga introdujo diferentes reflexiones sobre lo que para él representa la comida y los alimentos. Comenzando por las diferencias a nivel mundial entre los países donde el hambre sigue siendo una lacra y en contraposición la sociedad en la que la obesidad se hace cada vez más presente afectando a niños y niñas que no llegan a los 5 años de vida.

También los productos químicos que se utilizan para el tratado de los alimentos que luego se sirven en la mesa o las aguas contaminadas que en ocasiones riegan los campos de cultivo o desembocan en el mar donde habitan los peces que más tarde se venderán en las pescaderías. Asuntos expuestos ante el auditorio al igual que “la magia” de reunirse en la mesa con amigos, familia o para negocios, creando así momentos especiales entorno a la comida.

Preguntas como el qué comer, cuánto o cuándo fueron planteadas ante el auditorio y solventadas con consejos genéricos entre los que destacó la importancia el autocuidado y autogestión de los alimentos, así como la relevancia del ejercicio físico para completar la dieta saludable.

Astorga abogó por los hábitos y la educación de las personas desde niños para la mejora de la salud con conciencia e implicación de cada cual. En este sentido, quiso destacar el papel, o asignatura pendiente, que tienen las organizaciones en la prevención y formación de los hábitos saludables. Y la responsabilidad de coordinación de todos los que componen el sistema sanitario en pro de mensajes comunes que calen en la población.

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